Escucha aquí «Una de Cal y otra de Vizcaína», de Marcos Martínez
Como cada jueves, la opinión de nuestro colaborador

Una de Cal y Otra de Vizcaína
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Morón de la Frontera
Abrí los ojos y todo era oscuridad. Todavía faltaban algunas horas para que el día desplazara la intensa lobreguez sólo rota por la poca luz de la luna menguante y las farolas de la calle. Pensé en levantarme de la cama y dirigirme a la cocina con la intención de hacer un pisto. Elaborar este plato relaja mucho, tengan en cuenta que si hacer sofrito serena el ánimo, el pisto es como una sobredosis de benzodiazepinas.
Deseché la idea ya que el ruido en la cocina podría despertar al resto de los miembros de la familia. Así que me quedé en la cama reflexionando sobre algún acontecimiento del día anterior. Lo primero que me ocupó el pensamiento fue la noticia sobre el posible cierre de la Plaza de España y el cobro de una entrada a todo el que quisiera visitarla...
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Una de Cal y Otra de Vizcaína