Escucha aquí la columna de Andrés Recio
Como cada martes alterno, Andrés Recio nos deja su opinión. Hoy se titula «Febrero de Máscaras»

La columna de Andrés Recio

Morón de la Frontera
Tras el agua bendita que sació los campos, febrero nos regaló un cielo limpio, de aire luminoso, de frescas calles que acogen a las multitudes y a sus algarabías. Febrero es como un arquitecto destinado a tender puentes entre riberas rivales. Es un tiempo todavía pueril. Un tiempo que anda con la misma seriedad del niño que se divierte: intuyendo la raíz sumergida que pugna por abrirse camino, intercambiado conversaciones con cálidas tardes y con helados fríos. Febrero es un ladrón, corto de mangas, que hurta soles a marzo y nubes a enero.
Y el paisanaje, allá que va, a lo suyo, exprimiendo al otro febrero: el de los carnavales, donde nadie es, o no quiere ser, quien realmente es. Sojuzgados todos por una vagabunda religión de tres semanas que, de repente, se alza diseminando su doctrina de versos, de morisquetas, de pentagramas. Rayos de un mismo sol que descienden para ser recibidos por miles de psicologías distintas. Un pregón reivindicativo, una chirigota que anda por los bares vestida de andrajos gitanescos, tañendo guitarras andaluzas, interpretando pasodobles españoles, y bebiendo whiskey escocés.
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