Hoy por Hoy SevillaHoy por Hoy Sevilla
Opinión

La ciudad de la sequía

El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, reflexiona sobre la necesidad de contar con políticos que planifiquen a largo plazo cuando se trata de garantizar el agua

La ciudad de la sequía

La ciudad de la sequía

02:01

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1707124909186/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Sevilla

Por San Blas la cigüeña verás. San Blas fue el sábado y, efectivamente, vimos cigüeñas, pero en la provincia, no en la capital. Dicen que el viernes y el sábado hay riesgo de lluvia. Necesitamos un mes de agua y no los parches de aguaceros aislados, por mucho que no estemos en condiciones de renunciar a nada: ni a limosnas ni a grandes donaciones cuando se trata de agua.

La mala noticia es que los expertos aseguran que la actual sequía es peor que la del 92, que tantos recordamos por las bañeras llenas por la noche. La buena es que estamos más preparados y no serán necesarios cortes porque hoy sí contamos con la presa de Melonares.

No hay mejor forma de luchar contra las sequías que la construcción de infraestructuras hídricas como los pantanos y las desaladoras. Somos un país seco, pero hemos tenido pocos políticos con luces largas. Las políticas hídricas exigen tiempo, un plazo superior a esos cuatro años en los que piensa cualquier dirigente.

La sequía es un fenómeno cíclico. Sabemos que nos toca sufrir una cada cierto período corto de tiempo. Pero nos topamos una y otra vez contra el burladero del conformismo. En cuanto llueve nos olvidamos de las política hídricas.

Sevilla es una ciudad especialmente calurosa, que debería mimar el agua y la sombra, tal como nos enseñaron nuestros antepasados musulmanes. La sequía solo trae ruina. Hay quien dice que gracias a la sequía de aquellos felices años de la Expo vivimos tres Semana Santas seguidas completas. Y por eso se generó el boom, la famosa masificación. No tengo claro si eso hay que agradecérselo o imputárselo a la falta de lluvia… Esto es harina de otro costal.

Ojalá tengamos un febrero lluvioso. Ojalá contemos con servidores públicos que hagan pantanos y promuevan desaladoras. Necesitamos políticos que proyecten en el largo plazo tanto como la lluvia. Melonares fue el gran ejemplo en el que se fajó Soledad Becerril, la alcaldesa que iba apagando las luces de los despachos vacíos en el Ayuntamiento.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00