Un 'Titanic' muy capaz de alargar el naufragio y unos ecijanos que muerden con fuerza las tablas del Falla

Antonio Álvarez, «El Bizcocho», no defraudó con su última propuesta para el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz, «La última y nos vamos», con la que encarnan a los integrantes de la orquesta que naufragó en el Titanic. Una trabajada puesta en escena, sobre una estructura inclinada que representa el hundimiento del Titanic, sobre la que la chirigota de San José de la Rinconada presentó sus credenciales para el concurso y que levantó los cánticos de «chirigota, chirigota» de entre las butacas del teatro. La fiesta de esta orquesta arrancaba con un pasacalles que hacía presuponer lo que inmediatamente iba a suceder sobre las tablas del Gran Teatro Falla. Con Antonio Álvarez como director de orquesta, los de San José llegaron a Cádiz «Todo llenitos de salitre» para cantarle porque cerca, en La Caleta, tuvieron que «naufragar». La corriente les empujó «con mucho arte, a este lugar», en honor a la chirigota de Jesús Bienvenido en 1999, «Los últimos del Titanic». Su pase de preliminares arrancó a sones de King Africa: «Suavecito para abajo, para abajo. Todo el mundo con una chimenea de 300 toneladas en la cabeza, chimenea en la cabeza, y yo tocando a Verdi, un movimiento de Verdi. Una vieja en la cintura, una vieja en la cintura, y más tensión que un derbi». Característica de «El Bizcocho» la estructura de sus pasodobles, uno serio y otro humorístico, que reflejan en esta ocasión las complicaciones que tiene sacar una chirigota cada año «Yo no me quería embarcar y vuelvo a morir» y un segundo que cuenta la historia de este grupo que no sabe si viene a «presentarse» o a «despedirse» y que el agua hace que sean «una mezcla entre Mercedes Milá y los de Avatar». Golpecitos durante todo el pase, con menciones a Puigdemont o Juanma Moreno, la música de «Bob Esponja» o la melodía de Paco de Lucía «Entre dos aguas». Promete, cuanto menos, el concurso de estos miembros de orquesta, que da motivos para pensar que su naufragio durará todo el concurso. Cuando la duodécima sesión de preliminares del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz parecía que llegaba a su fin, los hermanos Castro llegaron para devorar el escenario con un repertorio que puede ser la gran sorpresa de la modalidad. Hannibal Lecter irrumpió en el escenario para hincar el diente en el corazón de Cádiz. Atados a una carretilla y ataviados con una camisa de fuerza y una máscara que impedía percibir la expresión en sus rostros, se presentaron dejando buenos golpes como su referencia al movimiento de codos del Molina. En la tanda de pasodobles no faltaron los piropos a Cádiz y, tirando de caracterización, no dudaron en decir que devorarían la tacita de plata si no estuvieran maniatados. Los grandes nombres del Carnaval protagonizaron el segundo pasodoble, que culminaron con un giro muy actual cuando aseguraron que jamás la inteligencia artificial sería capaz de igualar los tesoros en forma de prosa y verso que acumula la historia del Carnaval. Como le correspondía al tipo, no faltó el humor negro tanto en la tanda de cuplés, como en el popurrí, con referencias a Stephen Hawking, Daniel Sancho o que, aunque les guste el Pacoli, seguro se quedarían con hambre. Una actuación que sorprendió al Falla y que augura la presencia de los hermanos Castro y sus «Te como la cara» en cuartos de final.

Un 'Titanic' muy capaz de alargar el naufragio y unos ecijanos que muerden con fuerza las tablas del Falla

'La última y nos vamos', la propuesta del Bizcocho que echó el ancla en el Falla y 'Te como tu cara', la chirigota de Écija que busca el pase a cuartos con un repertorio que sorprendió a todos

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