Vuelta de calcetín en el SAS
La periodista Ana Huguet reflexiona en su columna de La Ventana Andalucía sobre los cambios que necesita la sanidad pública andaluza
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La Columna de Ana Huguet (15/01/2024)
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Sevilla
Sofía es enfermera. Este mes cumple 43 años y cinco trienios en el SAS, los dos últimos como sanitaria en el hospital de Jerez. Solo en 2023 ha encadenado cinco contratos en el mismo servicio: un primero de seis meses, un segundo de cuatro, dos contratos de un mes y un último de 15 días que ha expirado hoy, 15 de enero. Mañana, Sofía no tendrá trabajo y dependerá de la llamada de la bolsa única del SAS que, para colmo, no actualiza puntuación desde 2021. El viernes, repito, el viernes, desconocía si mañana enganchará o no un nuevo contrato laboral, que puede ser de meses, semanas o días.
Misma situación sufre Raquel, otra sanitaria que acumula 16 años de antigüedad en la sanidad pública andaluza y seis contratos firmados en 2023. Su última alta laboral es de 30 días, expira el 31 de enero y aún ignora si seguirá en el servicio o no. Ella fue una de las miles de interinas que se quedó en la calle antes de la pandemia y ha aprendido a vivir en la precariedad laboral del SAS.
En este caos organizativo, con un aumento de la lista de espera quirúrgica del 35% en un año, con el triple de pacientes fuera del plazo legal garantizado para ser intervenido, con una inversión por habitante que en 2024 crecerá menos que la media española y con un intento fallido de privatización de la atención primaria, dos dimisiones en el SAS, una destitución y otras seis salidas de altos cargos en los últimos meses, me parecen hasta pocas. El SAS necesita un cambio, como la vuelta de un calcetín.