Renovarse para vivir

Córdoba

En plena vorágine nos ha sobrevenido un día para la celebración. Mañana la Constitución española cumple 45 años. Una edad que merece admiración y respeto, ya que significa que hemos superado varias crisis: en lo físico, claramente, pero también en la cordura. Quién más y quién menos ha mudado la piel unas cuantas veces. Cambios de ciudad, de trabajo, de rutina, de pareja, de lecturas, de sueños y hasta de canción preferida.

Cambios que unas veces hieren y otras reconfortan, moldeando nuestra historia personal al compás de los avances sociales y, por desgracia, también de los retrocesos.

Con 45 años ya hemos aprendido que el progreso no es una línea recta y que habrá que introducir cambios para llegar a destino.

Estamos en Córdoba y citaré a Séneca: “No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”.

Nuestra Constitución sabe dónde va y durante 45 años nos ha guiado con solvencia y sobre todo con valores. Creo que la mejor forma de celebrar este cumpleaños es asumir que hay que limpiar de sus páginas el hollín que va soltando una calle que está en llamas.

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Nuestra Constitución nació para que nadie volviera a sentir miedo de expresar su ideología, nació para que nunca más alguien volviera a pensar que la violencia es una opción de Gobierno. Si estas líneas rojas se saltan, tendremos que recalcular la ruta.

Querida Constitución, porque te quiero viva, te regalo otra cita: “Renovarse o morir”, tan del pueblo que no sabemos qué parte es de Unamuno y qué parte nos regaló la escuela de los hechos.