Leer es de valientes

Córdoba

Hace unos días, el Presidente de la Junta de Andalucía Moreno Bonilla con motivo de la inauguración de la biblioteca Grupo Cántico de Córdoba hizo una arenga que me sorprendió mucho, dijo: “¡Leamos! y ¡Seamos valientes!” Interpreté que pretendía decirnos que para leer un libro hacía falta echarle valor, un razonamiento que en la derecha puede ser normal, dado su poco aprecio por la cultura ( si exceptuamos a Juan Miguel Moreno Calderón). Reflexionando llegué a la conclusión de que tal vez quiso decir que en la situación actual en la que vivimos la lectura de un libro se está convirtiendo en un actividad cada vez más esporádica. Y no es porque no leamos, que entre periódicos, mensajes de whatsapp y contenidos de las redes sociales, dedicamos bastante tiempo a la lectura. Pero cuando hablamos de leer nos referimos a un libro y para eso se necesita tener aislamiento, concentración y tiempo. Tres condiciones que en nuestra agitada vida no se dan con frecuencia, a lo que hay que añadir el tiempo que dedicamos a la televisión cada vez con más canales y más plataformas con ofertas tentadoras.

De verdad ¿necesitamos valentía para leer? Los que leemos libros ¿somos unos valientes? Jamás se me hubiera ocurrido que cuando leo hago un acto de valentía. Desde que tenía 9 años iba a la biblioteca provincial a por libros que leía en mi casa con verdadera fruición. Lo hacía porque me gustaba lo que me contaban Emilio Salgari, Julio Verne, Robert Luis Stevenson, Walter Scott y tantos otros. Ahora descubro, gracias al Presidente de la Junta, que prácticamente yo era un héroe igual que los protagonistas de las obras que leía. Me gusta, pero para mí era y es normal.