El buen cine de la Seminci sigue inundando la cartelera cordobesa

Córdoba

Se estrenan simultáneamente tres películas presentadas en la Seminci de Valladolid, dos de ellas, además, muy destacadas en el palmarés. Por un lado, la Espiga de Oro para el debut en el largometraje de Laura Ferrés con “La imatge permanente” y, por otro, la que puede considerarse la película de despedida del veterano Ken Loach, “El viejo roble”.

'El viejo roble', lo último de Ken Loach

El realizador británico nos trae la historia de una familia de refugiados sirios que, tras huir de la guerra, se instalan en un pueblecito casi abandonado tras el cierre de las minas de carbón. Esta llegada despierta los recelos de los vecinos que ven en este nuevo grupo de habitantes un hipotético peligro. Va a ser el dueño de un viejo pub del lugar quien les tienda una mano. Sin duda, una narración en consonancia con el fuerte compromiso social y político que Loach ha mantenido en toda su carrera. Un guion -escrito por su habitual colaborador Paul Laverty- que alerta de la amenaza que suponen la xenofobia o el racismo, y que proclama la necesidad de volverse hacia el otro estableciendo lazos de convivencia y de comunidad abriéndonos a la solidaridad.

Emoción y hondura en este hermoso cierre a la carrera de impecable coherencia, honestidad y compromiso de Ken Loach, que le han valido en Seminci el Premio del Público y el Premio a Mejor Actor para Dave Turner.

'La imatge permanent', de Laura Ferrés

En contraste con esa veteranía, la Espiga de Oro del Festival se adjudicaba a “La imatge permanent”, primer largometraje dirigido por Laura Ferrés, que firma también el guion junto a Carlos Vermut y Ulises Porra, que nos muestra el encuentro de dos mujeres, una que huyó de un entorno rural de posguerra y la otra que aborda un proyecto para el que busca personas que cuenten sus recuerdos tras mudarse de ciudad.

Una película singular en la que se dan cita la memoria, la identidad, la Historia y los fantasmas del pasado, pero también los del presente y hasta los del futuro. Y todo ello fundiendo géneros porque, según la propia Ferrés declara, le gusta que confluya lo antropológico, lo sociológico y lo fantástico. A ello se une el elemento autobiográfico, presente, por ejemplo, en la banda sonora que cuenta con coplas y canciones republicanas que cantaba su abuela, versionadas por F.M. Haberman. El resultado, como destacó el jurado de Seminci "es una película impregnada de temas cautivadores, lírica y reflexiva, dirigida por una nueva voz que tiene muchas cosas que decir sobre nuestro presente".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

'Que nadie duerma', con Malena Alterio

Por último, se estrena también procedente de este festival “Que nadie duerma”, el nuevo trabajo de Antonio Méndez Esparza, que coescribe el guion junto a Clara Roquet sobre la novela homónima de Juanjo Millás. Escritor y director coinciden en que realidad y ficción no encuentran una frontera fácil. Así lo comprobamos en esta narración que nos presenta a una bondadosa e ingenua protagonista, informática reconvertida en taxista, cuya rutina se rompe al escuchar el aria “Nessun dorma” de la ópera Turandot de Giacomo Puccini, que suena en la casa de un vecino actor. Su fascinación por este y por esa pieza musical la va a llevar a una progresiva transformación de su personalidad y a un delirio del que somos testigos.

Malena Alterio encarna de forma magnífica a esta particular heroína que busca salir de la soledad, hallar la felicidad y, como en el célebre aria de Puccini, poder entonar su propio “All'alba vincerò!”.