¡Qué rica está la cervecita! debuta fuera de la provincia de Sevilla desde el Bar La Rehala del Rocío
Francisco y Rita regentan desde hace una década este populoso establecimiento de la Plaza del Comercio, junto a la Casa de la Cultura de la Aldea
¡Qué rica está la cervecita! debuta fuera de la provincia de Sevilla desde el Bar La Rehala del Rocío
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El Rocío (Huelva)
La estancia este viernes de los micrófonos de Radio Sevilla en la Aldea del Rocío con motivo de la celebración del Rocío Chico ha propiciado un momento histórico para la refrescante sección veraniega ¡Qué rica está la cervecita!, que por primera vez ha salido no ya de las fronteras de la capital hispalense -en nuestra larga trayectoria hemos estado en localidades como Camas, Dos Hermanas, El Viso del Alcor o Castilleja de la Cuesta- sino que ha ido más allá de nuestra provincia con esta visita hasta tierras almonteñas.
Allí hemos contado como cicerone con el compañero José Manuel Peña, próximo Heraldo de los Reyes Magos del Ateneo en nuestra ciudad, y su encantadora familia -su padre Antonio, su hermano Fernando y su tío Javier-, quienes nos han guiado hasta el Bar La Rehala, populoso establecimiento de la Plaza del Comercio, junto a la Casa de la Cultura del Rocío.
Desde hace una década, Francisco y Rita regentan La Rehala, bonito lugar que guarda el encanto de los antiguos chozos rocieros en un acogedor porche desde el que el visitante contempla no ya los coches que circulan por las calles de arena de la aldea sino los muchos caballistas que se paran a sus puertas aprovechando la sombra de dos moreras de amplio porte.
Francisco es aficionado a los perros de caza, de ahí el nombre del Bar La Rehala, y antes de dedicarse a la hostelería fue carnicero, con lo que lo mejor que puede pedirse uno en su casa es una buena presa ibérica o en montadito con un buen jamón, aunque no deberían perderse el choco 'aliñao', la salazón de bacaladilla, los huevos de choco a la plancha o, regresando al mundo montadito, el de gambas con alioli, con gambas de Huelva recién cocidas, nada de congelados al uso.
Ah y la gran especialidad de la casa, la simpatía de sus gentes, de sus trabajadores y de sus clientes, con los que se puede echar un rato de lujo hablando de las cosas del Rocío y de Doñana o escuchando algún cantecito rociero.
