Pilar Aranda: "Regreso a las aulas y al laboratorio; quiero ayudar a los jóvenes"

Granada

Nada de melancolía. Sigue tan reivindicativa y enérgica como cuando fue delegada de primero de Farmacia en 1975. Pilar Aranda Ramírez (Granada, 1958) acaba de cesar como rectora de la Universidad de Granada después de ocho años en los que la institución ha experimentado grandes avances que la han convertido de nuevo en la referencia moral y en la esperanza de Granada.

De esta etapa destaca un mayor posicionamiento de la UGR en clasificaciones internacionales, lo que ha permitido acceder a más cuantiosos fondos económicos que a su vez han posibilitado la llegada de más talento que ha incrementado el potencial y afianzado ese ecosistema de internacionalización. Una inercia positiva que se retroalimenta en espiral. También, y especialmente, quedarán para la historia y para el futuro dos proyectos que marcarán el crecimiento y las oportunidades de Granada: el proyecto Dones de Escúzar y el ecocampus de La Azucarera.

Y, especialmente, la etapa de Pilar Aranda al frente ha colocado a la Universidad en el eje de la transformación de Granada como líder de los grandes proyectos de transformación social de la ciudad. La UGR se ha puesto mirando a Granada, asumiendo mayores cotas de responsabilidad, compromiso y asumiendo con honor que la Universidad ha de marcar el camino hacia la conquista de los tiempos que están por venir. Todo eso es el legado de Pilar Aranda.

Durante la entrevista recuerda sus inicios, su carácter indómito de alumna peleona; recuerda aquélla "niña" en un mundo de hombres en los primeros años ochenta. También viaja por su memoria, recuerda a sus padres, y dedica sonrisas y palabras hermosas a Enrique Moratalla, quien le robó el corazón siendo una niña y con quien comparte su vida desde hace tantos años.

"Regreso a las aulas y al laboratorio, quiero ayudar a los jóvenes", dice Pilar con firmeza, muy convencida de la enorme labor -y hermosísima a tenor del brillo de sus ojos- que ahora tiene por delante.