Malas hierbas
Firma de opinión de Guillermo Contreras, activista mediambiental
Malas hierbas. Guillermo Contreras
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Córdoba
El Alcalde de Córdoba informaba a primeros de mayo que entre los meses de marzo y abril Sadeco había retirado 2,4 millones de kilos de malas hierbas.
Seguramente lo que quería decir es que habían retirado esa cantidad de hierbas silvestres, porque hemos preguntado en facultades, escuelas técnicas e incluso en Wikipedia y nadie ha sabido decirnos qué es una mala hierba.
Si en tu huerto nace una tomatera la cuidarás con mimo, la regarás y protegerás de las plagas, pero si en tu maceta de geranios nace una tomatera, probablemente la extirparás. ¿Por qué, porque es una mala hierba? No, porque ha nacido en el lugar equivocado. O sea que una tomatera no es una mala hierba, aunque los empleados de Sadeco arremetan contra ella si la encuentran cuando desbrozan los alcorques y solares de la ciudad.
Subrayar una y otra vez el concepto mala hierba, como hace el alcalde, muestra la falta de voluntad para reconocer la necesidad de cuidar el entorno urbano, desarrollar políticas de renaturalización e incrementar la biodiversidad, algo que ya es una rutina en las capitales más avanzadas del mundo.
El manejo del lenguaje no es algo inocente, a menudo lleva una fuerte carga ideológica. Cambiemos el concepto mala hierba por el de Hierba Silvestre o Hierba espontánea y apliquemonos a la grata tarea de reverdecer el entorno urbano como estrategia de mitigación y adaptación al cambio climático.
