El directo más contundente de Neuman llega a Granada con el concierto de su gira "Waterhole"
A lo largo de 2 horas, los 14 temas del último disco consigue un éxtasis común entre la banda y el público
Daniel Martín
Granada
Allá por finales de enero de 2019 estuvimos presenciando (enlace) en la Sala Aliatar como se defendía "Crashpad" (Subterfuge 2017) sobre un escenario cuidado, batería vinilada a rombos blancos y negros, alfombra en el centro, teclado y la gran caja negra que alberga las diferentes guitarras que se emplean en su directo, pues bien, como si nos hubiera acompañado Bill Murray en el clásico que es la película "El Día de la Marmota", nos encontramos con una fotografía prácticamente similar a la de hace 4 años pero que ahora alberga "Waterhole" (Subterfuge 2022), su último trabajo.
Podríamos definir a Neuman como una rara avis en el panorama musical, aunque se le etiquete de indie-rock, ya que Paco Román coge otros derroteros, temas interminables para uso y disfrute del personal, donde gracias a su duración se crean atmósferas únicas, reposadas, pausadas en las que el sonido te eleva de forma casi ascética, si Icaro usó unas alas para llegar al sol, él lo hace a través de sus composiciones, esta presentación de “Waterhole” tuvo 14 temas y una duración de prácticamente dos horas.
Un comienzo de concierto marca de la casa en el que se van colando los sonidos entre cada uno de los huecos que conforman el público (el cual ayudó al estar en silencio incluso en las pausas) para dejar una sala estanca y así poder disfrutar del potencial que tiene Neuman, capaces de transformar los acordes en una sustancia fluida no newtoniana, donde cada golpe de batería y riff de guitarra te noquea de forma contundente y absoluta.
Si nos permiten la licencia, todos tenemos un grupo favorito pero sin lugar a dudas las más bellas melodías del panorama musical las hace Neuman, algunas incluso forman parte de campañas publicitarias como "City of love".
Mención aparte, además de la calidad inconmensurable de Paco Román son los 2 grandísimos músicos que le acompañan, unos teclados omnipresentes gracias a Dani Molina y un no menos pletórico José Manuel Sánchez a la batería conforman un trío único y especial.
Al principio de la crónica hacíamos referencia al cuidado de los detalles, como anécdota es el mismo Neuman quien regula los amplificadores que están tras él para lograr un sonido prístino, tal cual concibió Paco en su grabación.
Un concierto que comenzó con "Recovered files", donde tuvieron cabida "Bye fear", "Baby the sunrise" o la que da nombre al disco "Waterhole" entre otras, dejando en sus momentos postrimeros la enorme "Deleted files", dudo que fuera fruto del azar ese nexo virtual, llevándonos un auténtico desbarre eléctrico, donde guitarra, teclado y batería son capaces de disociarse y unirse de nuevo en un bucle infinito, casi como ese Día de la Marmota en el que una y otra vez dejar a los asistentes boquiabiertos.