'La Sofi', mucho más que un hospital

Córdoba

Cuando era estudiante, solía mirar hacia arriba al entrar en el hospital. Pasar por esa puerta era atravesar la barrera del tiempo, entrar en otro espacio donde el reloj se paraba y sólo existía lo que ocurriese allí dentro. Más tarde, ya de residente, me gustaba pasear por sus pasillos vacíos antes de irme a descansar de las largas noches de guardia y verlo en silencio justo antes de que comenzase la actividad frenética de la mañana…

Nuestro hospital, el Hospital Reina Sofía, La Sofi, como muchos lo llaman coloquialmente. Un gran edificio de paredes blancas por las que las vidas pasan a veces demasiado rápido y el tiempo demasiado lento. Seguramente ya os habrán contado la historia de que fue el hospital donde se realizó el primer trasplante de corazón en Andalucía y tantas de las mil hazañas que tiene este hospital. Sin embargo, el valor de este lugar no se mide solo en cifras. La Sofi es un contenedor de emociones y de cuidados. Una red de manos para sostener al que lo necesita. Una parte imprescindible de esta ciudad. ¿Quién no tiene una historia donde este lugar no esté presente? Allí no solo se diagnóstica, se cura o se opera, sino que se acompaña, se sostiene y se mastican realidades ajenas que poco a poco se hacen de todas. Desde la limpiadora que limpia los quirófanos, hasta el celador que empuja la camilla, las que trabajan para que las sábanas y toallas estén limpias o la comida servida. La labor incansable de auxiliares, enfermeras, médicos y médicas o las familias que acompañan no sólo a su enfermo sino a toda la planta. Todos y todas forman una red de vidas entrelazadas que hacen de la Sofi mucho más que un hospital.