Una exposición en el Museo de la Evolución Humana exhibe el legado de los gladiadores que murieron en la Córdoba romana

Córdoba

La mayor parte de las piezas del Museo Arqueológico de Córdoba que se exponen hasta el próximo otoño en el Museo de la Evolución Humana en Burgos, aparecieron durante los trabajos arqueológico que llevaron a cabo en los años 50 en el conocido como Cortijo de Chinales (hoy calle Antonio Maura), cuando la ciudad se expandía hacia poniente y empezaba a dibujarse la actual Ciudad Jardín.

En Córdoba se hallaron al menos 15 lápidas funerarias que nombran a casi una veintena de gladiadores, lo que da una idea de la importancia que tuvo la ciudad en época romana."Se estima que nosotros tenemos el 80% de las lápidas de gladiadores conocidas en Hispania, y que Córdoba sería la segunda ciudad en el mundo después de Roma con más inscripciones de este tipo", explica la directora del Museo Arqueólogico de Córdoba, Lola Baena.

Cuando posteriormente los arqueólogos hallaron restos del anfiteatro romano de Córdoba, en las catas del rectorado de la Universidad de Córdoba, bajo el antiguo edificio de Veterinaria, todas las piezas comenzaron a cuadrar. "Tenía todo el sentido que las lápidas y el resto de objetos aparecieran cerca de donde vivieron y trabajaron, cerca del anfiteatro".

“A través de las inscripciones ya sabíamos que debía existir un anfiteatro cerca, porque los gladiadores normalmente se entierran cerca del lugar en el que vivían, trabajaban y realizaban la lucha".

Baena relaciona el número de piezas halladas con la importancia de Córdoba en época romana. "Córdoba era en ese momento un centro logístico, de poder, por donde salía todo el comercio del aceite, la plata, el cereal y del vino". Esos juegos, el teatro, los espectáculos públicos se usabn también politicamente, recuerda la directora del Museo Arqueológico de Córdoba.

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"Aquí tenemos el ejemplo de un ciudadano llamado Lucio Iunio Paulino que se llegó a gastar 400.000 sextercios en hacer juegos gladiatorios, teatro, y carreras para celebrar que había sido nombrado flamen".

GRIEGOS, GERMANOS, DE ALEJANDRÍA, HISPANOS Y DE LA BÉTICA

Por las lápidas que se les dedican sabemos si eran libertos o esclavos; sabemos de donde venían. La mayor parte era de la Bética, pero también había griegos, germanos, de Alejandría, entre los luchadores romanos.

Morían muy jóvenes, a los 21, a los 25, a los 30 años, después de haber superado heridas y batallas y enfrentándose a un duelo a vida o muerte. En la exposición se verán también algunos elementos como lucernas romanas con escenas de lucha, de la colección que conserva el Museo Arqueológico.

Baena está entusiasmada con este proyecto. "Hace diez años Juan Luis Arsuaga llegó al Museo Arqueológico y me dijo: Quiero hacer una exposición de Córdoba en Burgos y este es el resultado", explica Lola Baena, la directora del Arqueológico de Córdoba y co-comisaria de la exposición.