Ridículo con aspecto de segundazo

Sevilla

Al Sevilla se le ha puesto cara de serio candidato a jugar la próxima temporada en Segunda División. El equipo ofreció la peor imagen de la temporada y encajó seis goles en un partido ridículo, bochornoso, especialmente en el aspecto defensivo, impropio de un equipo de Primera División. Los dos últimos partidos demuestran que a Sampaoli se le ha caído el equipo.

No hay otra lectura del partido. Desde el inicio, el Sevilla compareció sin presencia en el centro del campo y un nivel defensivo que invitaba a la goleada. Así fue, después del primer gol fallado por Depay, el Atlético encontró una autopista para que el holandés hiciera el primer gol. Y el segundo, con un tiro a la escuadra desde la frontal. Aunque una arrancada de Pape Gueye terminó con el gol de En-Nesyri que hizo albergar cierta esperanza de competir el partido.

Sin embargo, la debilidad del Sevilla le impide competir. Se fue derrumbando conforme le caían goles e, incluso, Rakitic falló un penalti. El Atlético se dio un festín con un Sevilla moribundo y desesperado.

Los dos últimos partidos invitan a un nuevo cambio. El Sevilla tiene todas las constantes vitales para que el diagnóstico sea aterrador. Un equipo asomado al descenso, un entrenador al que se la ha ido el equipo de las manos y un club que espera una decisión sobre la continuidad del actual Consejo de Administración o un administrador judicial. Puede pasar cualquier cosa, pero urgen medidas y soluciones, y la habitual es el cambio en el banquillo.