El carnaval todo lo puede
Firma de opinión de la periodista Lola Jiménez, en Hoy por Hoy Córdoba
Córdoba
El carnaval todo lo puede, convierte a cobardes en héroes de película, a bellas en bestias de caverna, a hombres en mujeres, a niñas en abuelas... Es, sin duda, una fiesta hermosa, rica en imaginación, inclusiva y alegre; aunque, eso sí, requiere de coordenadas temporales muy delimitadas.
No puede ser que cuando acaba el carnaval sigamos actuando como Gandalf o La niñera mágica.
No puede ser que cuando nos quitamos el disfraz sigamos acusando a los demás de nuestras propias carencias.
Un ejemplo muy gráfico de lo que no es admisible ni siquiera en carnaval: primero, nos disfrazamos de gente de bien y recurrimos una ley ante el Tribunal Constitucional; segundo, la degradamos a poco menos que un Herodes que asesina niños como método anticonceptivo; tercero, cuando el Tribunal Constitucional determina que esta ley es constitucional, nos mantenemos en el disfraz de gente de bien y declaramos que esta ley es correcta. Cuarto y último, horas más tarde, vamos un poco más allá y admitimos que es un derecho, y entonces se lía parda entre tanta gente de bien disfrazada que nunca ha creído que las mujeres requieran de derechos y libertades propias.
Sí, ya sé que no parece verosímil, pero así es la vida, supera a la ficción cuando los protagonistas viven eternamente disfrazados.
Llegado este punto, yo prefiero pensar en Cádiz y en el Falla, y en mi jefa gaditana, Bibiana Aído, que se dejó la piel sin disfraz para ofrecer a las mujeres de este país una ley garantista e integral, una ley cuya revolución era y es la seguridad sanitaria y jurídica de las mujeres y de los profesionales que las atienden.
Qué viva el carnaval.