El padre de Noa: "El policía salvó la vida de mi pequeña y nunca se lo podré agradecer lo suficiente"

Málaga

Ocurrió el pasado 27 de diciembre en un piso del municipio malagueño de Antequera. Ricardo Aguilera, un pastelero de 25 años, se encontraba a media tarde en su casa cuidando de la pequeña Noa de año y medio. "Ella estaba acostada pero de pronto notó unas convulsiones y que ella echaba espuma por la boca. Cuanto fui a tocarla su cuerpo estaba rígido", explica Ricardo en una entrevista concedida a SER Málaga. El padre tomó a su hija inmediatamente en brazos muy nervioso "y le practiqué la maniobra de Heimlich. Ella se estaba poniendo morada, cada vez peor". En cuestión de segundos "yo estaba dando vueltas en mi piso como loco porque mi niña se me iba, y decidí correr y salir de la casa".

Ricardo, su mujer y su pequeño Noa viven junto a la comisaría de la Policía Nacional de Antequera donde se cruzó con una unidad con tres agentes en el interior del vehículo. "Les paré y los tres se bajaron inmediatamente del coche al verme desesperado, muy nervioso, y con la niña encima". El agente Manuel Pérez actuó de forma inmediata y le practicó también la maniobra de Heimlich. No había tiempo que perder y colocó a la bebé boca abajo sobre su antebrazo, sosteniendo con una mano su cabeza. Con el temple necesario, le dio varias palmadas en la espalda -justo entre los omoplatos- consiguiendo así que la cría echara restos de mucosa y volviera a respirar.

Mientras le realizaba los primeros auxilios, puso todo su empeño en salvar su vida. "Yo ya había realizado más reanimaciones, algunas con buen resultado y otras en las que no se pudo hacer nada; pero nunca a una bebé tan pequeña, ahí las pulsaciones me iban a mil", ha explicado el Policía Nacional en la SER. Al cabo de unos segundos "escuchamos los leves sollozos de la pequeña. La niña volvía en sí", explica el progenitor. Y con Noa todos volvían a respirar: "fue un alivio enorme, aquellos segundos fueron toda una eternidad", añade Manuel.

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"La pequeño estaba prácticamente muerta" Manuel Pérez, Policía Nacional Antequera

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Tras la práctica de los primeros auxilios trasladaron en coche oficial a la bebé y su padre al hospital de Antequera donde aguardaban los médicos, a quienes ya se había avisado desde comisaría del traslado de la niña. Allí permanecieron Manuel y sus tres compañeros, todos adscritos al Grupo Local de Policía Judicial, hasta que los doctores salieron a informar del estado de Noa. La niña había sufrido un episodio de convulsión por estado febril, pero se encontraba estable. "Manuel me estuvo buscado como loco para saber como se encontraba la pequeña. No tengo palabras para agradecerle, toda la vida, lo que ha hecho por mi niña: por salvarla la vida", detalla muy emocionado Ricardo. Noa estuvo ingresada apenas 24 horas en el hospital. "Al poco tiempo ya estaba correteando y gritando como siempre", explica sonriente el padre que admite haber vivido el peor susto de su vida. "Estas actuaciones son de las más bonitas que nos regala la profesión", aseguraba el policía, quien no se achaca mayor mérito que el de haber cumplido con su deber.