Así será la toma de posesión del nuevo arzobispo de Granada ante 36 obispos, 200 sacerdotes y 2.500 fieles
El acto abre un periodo de, al menos, curiosidad por conocer cómo será la convivencia de dos prelados en la misma plaza
Jaime Bedmar entrevista al arzobispo coadjutor de Granada, José María Gil Tamayo, junto a monseñor Javier Martínez (de espaldas) en la Plaza de Bib-Rambla de la ciudad / Rafael Troyano Valdivieso
Granada
La Catedral de Granada acogerá este sábado, primero de octubre, la misa solemne de toma de posesión de monseñor José María Gil Tamayo, hasta ahora obispo de Ávila, como nuevo arzobispo coadjutor de la Archidiócesis de Granada. El que haya sido nombrado coadjutor le garantiza la sucesión en el momento en el que el Papa acepte la dimisión del actual titular, monseñor Francisco Javier Martínez. La presentará, tras 20 años en el cargo, cuando en pocos meses (en diciembre) cumpla 75 años de edad.
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La toma de posesión, presidida por el titular de la diócesis, se celebrará en una misa solemne que comenzará a las 11 de la mañana en la Catedral de Granada, que ha aumentado su aforo. A sus 950 plazas para los fieles se unen las 1.500 sillas instaladas para la ocasión. Los asistentes podrán seguir la ceremonia a través de cuatro grandes pantallas instaladas en el templo.
Asistirán, por tanto, casi 2.500 fieles, además de 36 prelados (de ellos, tres cardenales: -Valladolid, Valencia y el claretiano Aquilino Bocos); cinco arzobispos (emérito de Zaragoza, Valladolid, emérito de Burgos, Urgell y Sevilla); y 23 obispos (Albacete, Mérida-Badajoz, Getafe, Coria-Cáceres, Jaén, Cartagena, emérito de Ávila, Zamora, Málaga, Guadix, Cádiz-Ceuta, emérito de Jaén, Vitoria, Cuenca, Santander, Córdoba, Canarias, emérito de Salamanca, emérito de Canarias, Astorga, Palencia, emérito de Almería y obispo de Almería).
A la misa estacional (solemnidad a la que está invitada expresamente toda la diócesis) asistirá también el primer secretario de la Nunciatura Apostólica en España, en representación del Nuncio Apostólico.
La diócesis ha informado de que durante la celebración eucarística, habrá sacerdotes disponibles en la Catedral para quien quiera acercarse al sacramento de la Confesión.
Foto de archivo del arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, en la puerta de la basílica de la Virgen de las Angustias / Rafael Troyano Valdivieso
Convivencia de dos obispos
Monseñor Martínez es arzobispo de Granada desde 2003. Ha gobernado la diócesis con mano de hierro y su actuación interna y externa nunca ha evitado los asuntos difíciles o, incluso, la polémica. Es de general conocimiento que es un cura ilustrado y experto en diversos asuntos teológicos. Es una persona afable en las distancias cortas aunque está dotado, a la vez, de un fuerte carácter.
El final de su mandato no será fácil dado que la Santa Sede ha decidido que la transición hacia un nuevo jefe de la Iglesia de Granada se realice con una cohabitación de dos cabezas que se antoja difícil. En círculos eclesiásticos de Granada hay , al menos, curiosidad por ver cómo son las relaciones entre los dos obispos: si será de simple colaboración en el traspaso de poderes o si el jefe verá a su sucesor "incluso como un espía o enviado de la más alta cúpula eclesial" (comentarios explícitos de curas granadinos) para poner orden en algunos aspectos del gobierno interno.
Los dos arzobispos vivirán en espacios distintos. El saliente deberá buscar alojamiento para el momento en el que deje la primera línea. Todo indica que se quedará en Granada como arzobispo emérito aunque oficialmente no existe decisión. Por lo pronto, el que Gil Tamayo tenga vinculación con el Opus Dei es visto con recelo en algunos ámbitos de la actual estructura de mando en la diócesis. Quizás ese detalle no solo pueda marcar el futuro del gobierno de la diócesis de Granada. Quizás, incluso, pueda marcar la convivencia de dos gallos en el mismo corral durante algunos meses.
