Ginés Marín y Pablo Aguado comparten triunfo en la tercera y última de San Miguel
Ambos lograron una oreja ante los dos toros buenos que tuvo el encierro de Juan Pedro Domecq. Morante se fue de vacío
Sevilla
Los diestros Ginés Marín y Pablo Aguado han cortado una oreja cada uno en el tercer y último festejo de la Feria de San Miguel, celebrado este domingo en la Real Maestranza de Sevilla, donde han aprovechado los dos toros potables que tuvo el encierro de Juan Pedro Domecq. Por su parte, Morante de la Puebla, que abría cartel, pechó con un lote muy deslucido que le imposibilitó la tarea de tan siquiera hacer faena.
Ficha del festejo
Real Maestranza de Sevilla: Domingo, 25 de septiembre. Tercer y último festejo de la Feria de San Miguel.
Ganadería: Se lidiaron seis toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación -más finos, segundo, cuarto y sexto- y de juego. El segundo fue un buen toro por fijeza y entrega y el tercero también sacó muy buen fondo; aplaudidos ambos en sus arrastres. El resto, muy deslucidos.
Toreros: Morante de la Puebla, de grana y oro, silencio en ambos.
Ginés Marín, de azul noche y oro, una oreja y silencio.
Pablo Aguado, de burdeos y oro, una oreja y silencio.
Cuadrillas: Juan Carlos Sánchez picó muy bien al tercero de la tarde.
Incidencias: La plaza se llenó en tarde otoñal, con constantes rachas de virnto que molestaron a los toreros.
La crónica
Comenzó la tarde con una sonora ovación para Morante en recuerdo de la histórica faena vivida el pasado viernes en la Maestranza. Y hasta ahí con el de La Puebla porque su lote de 'juampedros' fue del todo inservible. Su primero, muy suelto de salida, pronto apuntó tener escasa vida, parándose en seco tras los muletazos por alto del inicio. Bastó con casi entera atravesada y un descabello para despacharlo. En el cuarto, más de lo mismo, aunque el maestro hizo por amarrarlo de capa en los medios, donde se emplazó, y dejó meritoria media para ponerlo ante el caballo. También tuvieron sabor los doblones muleteros del comienzo, pero, ya de pie, el toro se lo pensó y comenzó a defenderse. Hizo guardia la estocada previa al descabello final.
Tuvo sabor el recibo de capa de Gines Marín al primero de su lote, con media y serpentina final ante un toro que ya humilló de salida. Hubo un quite de Aguado de tres chicuelinas y ceñida media y, tras el brindis de Marín, entonadas series de muletazos, mejor por el pitón derecho, con un cambio de mano por la espalda para ligar un natural largo y hondo y así hasta los doblones finales. Sirvió la media estocada y cayó la primera oreja de la tarde. La pena es que el quintó echó las manos por delante de salida y repuso pronto, amén de hacer un mediocre pelea en el caballo. Ginés tiró de temple ante la descompuesta embestida del animal y tragó al natural cuando el de Juan Pedro empezó a quedarse en la cadera del torero. Dos pinchazos precedieron ala casi entrera desprendida definitiva.
También tocó pelo el sevillano Pablo Aguado en su primero, toro que se emplazó de salida y se pegó un volantín en el segundo lance sobre el pitón izquierdo. Quitó Aguado por delantales y fueron torerísimos los doblones de incio de faena. El toro, con menos brío que el anterior, sí tuvo buen fondo y lo aprovechó Aguado en derechazos despaciosos, naturales ligados a los de pecho, más doblones al final y unos naturales de frente que porpiciaron el trofeo de la oreja tras una estocada desprendida. El sexto, más fino de hechuras y con la "carita lavá" siempre echó las manos por delante y brincó más que embistió. Así las cosas, destacar la actitud de Aguado de querer sacar partido de un ejemplar que siempre soltó la cara y apretó por ambos pitones.
Terminaba así la Feria de San Miguel y casi la temporada en la maestranza sevillana, a la que ya solo le resta el festival del 12 de octubre a beneficio de la Bolsa de Caridad de la Hermandad del Gran Poder.