Jaén muestra una magnífica custodia mexicana dentro de ‘Obra Invitada’

Jaén

Jaén muestra una magnífica custodia mexicana dentro de ‘Obra Invitada’. La Universidad de Jaén aporta la posibilidad de contemplar esta magnífica joya hasta el 15 de noviembre, una custodia mexicana de Siles (siglo XVIII) que se puede vislumbrar en la Antigua Escuela de Magisterio de la capital jiennense. La pieza, prácticamente desconocida, ha sido estudiada pormenorizadamente por parte de profesores del Área de Historia del Arte de la UJA, concretamente, Ángel Marchal, experto en platería, y Mercedes Moreno, que investigan los procesos de promoción artística desarrollados por españoles en Indias.

La exposición lleva por título 'Tesoros del Nuevo Mundo. Custodia mexicana de Siles' y se basa en “el gran interés que han generado los estudios sobre platería y también los relacionados con el intercambio de obras de arte entre América y España”. Así lo aseguraba el rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez, quién añadía que “la pieza fue regalada a la parroquia de la Asunción de Siles por Juan de Ortega Montañés, un sileño que alcanzó altos oficios eclesiásticos y civiles, entre ellos los de obispo de Durango, Guatemala, Michoacán y el de arzobispo y virrey de México".

Gómez subrayaba que “en este último lugar encargó diversas piezas de plata que destinó a su localidad. La custodia se ha conservado en Siles hasta su exposición ahora en Jaén para que la ciudadanía y, de manera particular, todos los sileños que estudian y viven aquí se acerquen a verla y se sientan orgullosos de un patrimonio cultural sobre el que se aumenta el conocimiento, al tiempo que se genera un profundo sentimiento de identidad. Una vez más, la Universidad de Jaén transfiere este conocimiento a la sociedad y, con actividades como esta, vertebra una provincia tan rica en cultura como la nuestra".

La custodia es una pieza de orfebrería realizada por un obrador mexicano durante los primeros años del siglo XVIII, cuando Ortega Montañés era arzobispo primado de México. Se trata de una custodia de sol, tipología que surge en el siglo XVI, denominada así por la forma del ostensorio, circular y con rayos que salen de él. Destaca por el uso de una escultura como astil, es decir, como sostén de este sol, por otra parte, algo que se verá en otras custodias peninsulares y americanas de la época.