Abelardo

Asturias

Guardo del líbero Abelardo, el nuevo entrenador del Sporting, con un par, un intento fallido y de mala suerte para salvar la derrota frente a Italia en la semifinal del Mundial de Estado Unidos en la que a Luis Enrique le partieron la nariz sin que el árbitro apreciara nada y Clemente perdió el partido por no haber optado por Juanele en el último cambio. Pero aquello es lo que pudo haber sido y no fue. Sucede tantas veces. También Luis Aragonés perdió en su descenso a Segunda con el Atleti aquel partido contra Villa y Lediakhov que le obligó a seguir un año más abajo. Con todo lo grande que fue.

Guardo un recuerdo de un Zaragoza-Sporting en La Romareda, los dos en Primera, el debú de la mano de García-Cuervo de Abelardo en sustitución de Kevin Moran. Aquel día ganamos. Siempre fue complicado el Zaragoza. Y ahora vamos a Huesca, Aragón también, “polvo viento, niebla y sol”, que canta eternamente Labordeta, con, que yo sepa, dos porteros y un centrocampista. Porque es lo único que queda de la ruina. No diré sus nombres, los conocen de sobra. ¡A ver qué hacen los demás! Hace años entre un centrocampista, Nacho Cases, y un portero, Iván Cuéllar, le empatamos al Madrizón de las estrellas. Otro, el mismo Cases en un pase de zurda casi inconcebible, le puso un balón a De las Cuevas que Casillas aún está buscando por donde entró en aquel Bernabéu macarra de Mourinho.

Suerte y salud para el Oviedo del gran Ziganda. Me gustaría verlos en Primera.