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Jóvenes y mujeres: la continuidad del medio rural en Aragón

Cada año se incorporan alrededor de 600 jóvenes al sector primario en la comunidad autónoma. Piden facilitar el acceso a la tierra y cambios en el acceso a las ayudas y en la PAC

Joven ganadera / Peter Cade

Joven ganadera

Zaragoza

Las jóvenes y las mujeres mantienen vivo el sector primario y el medio rural aragonés. Son el antídoto para luchar contra el vaciado demográfico. Cada año, en Aragón, se incorporan una media de 600 jóvenes al año. Desde 2016 se calcula que han decidido poner en marcha o mantener una explotación agrícola cerca de 3.000.

Con todo, dice uno de ellos, Luis Miguel Dionís, no es suficiente para salvaguardar su continuidad, porque "en los próximos años se va a jubilar muchísima más gente de la que se está incorporando al mundo agrario".

Las explotaciones "cada vez son más grandes" ya que "pasan a ser de explotaciones familiares a grandes empresas agrícolas en las que no hay arraigo en el medio rural".

Acceso a la tierra

Facilitar el acceso a la tierra, reivindica, es fundamental para despertar el interés de los jóvenes por la agricultura.

Emprender una vida en el medio rural y dedicarse al sector primario no siempre es fácil. La principal cortapisa es la dificultad para acceder a la tierra y el mantenimiento de los derechos históricos de los 'agricultores de sofá'.

"Un agricultor para tener un salario más o menos digno, en torno a 1.200 euros, necesita tener el patrimonio, entre tierras y maquinaria, que oscila entre 300.000 y 600.000 euros", detalla Luis Miguel Dionís.

Por eso piden cambios que favorezcan esa incorporación a un sector cada vez más profesionalizado. Y es que, dos ejes giran en torno a este sector, la tecnología y la formación. Los jóvenes han salido a estudiar fuera, pero vuelven especializados, más allá de lo agrario.

Mujeres en el sector primario

En Aragón, hay más de 4.300 trabajadoras del campo. Desarrollan una labor emprendedora diaria que va más allá de subirse a un tractor. Lo dice Estrella Morata, responsable del área de igualdad del sindicato UAGA.

Cada día pelea junto a sus compañeras por romper las barreras que lastran a la mujer en el medio rural. Losas como la dependencia económica, la escasa representación en los puestos de responsabilidad o unos roles de género impuestos.

Síndrome de 'la mujer que ayuda'

Las autónomas agrarias o cotizantes en el sector primario representan ya un 19 por ciento. Llegar a esta cifra, aunque sigue siendo baja, ha costado años de trabajo para cambiar el paradigma. El principal pasa por desterrar el síndrome de 'la mujer que ayuda'.

"Realmente es la mujer que trabaja", reivindica Morata. "Se suben al tractor, son agricultoras, y hay mujeres que no se suben al tractor pero también son agricultoras" porque "gestionan la explotación". Su papel en las explotaciones familiares está invisibilizado.

Barreras

Por eso, defienden un modelo social y profesional de agricultura protagonizado en un alto porcentaje por mujeres. Pero para eso, insiste la responsable de igualdad de UAGA, es necesario hacer dos cambios importantes.

El primero, reconducir las ayudas destinadas a la incorporación: "Si tienes 40 años, no puedes acceder a ninguna ayuda y las mujeres que hemos decidido tener familia, te pilla criando y a lo mejor te lo planteas a los 40 años y ya no eres joven agricultor", explica.

El segundo, la Política Agraria Común. "Tendríamos que hablar también del tipo de explotación que quiere gestionar una mujer en el medio rural, que no es el modelo que fomenta la PAC, porque son explotaciones más pequeñas".

Pese a todo, lo tiene claro, desarrollar su proyecto de vida en el medio rural y mantener los pueblos vivos no lo cambia. "Es una forma de contribuir también a que esto no desaparezca, el hecho de mantener los pueblos vivos".

 
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