Malditos imitadores del CNI

Madrid

Ayer, los ciudadanos volvimos a sentirnos rehenes de las estrategias partidistas. Ayer se aprobó de milagro el decreto de medidas urgentes para mitigar las consecuencias de la guerra de Ucrania que permitirá, entre otras cosas, rebajar el gasto en combustible a un gran número de personas o limitar la subida de los alquileres. El PP de Feijóo, quien dice trabajar en beneficio de los españoles, votó en contra. La Esquerra de Rufián, que dice hacerlo en beneficio de los catalanes, también.

Es una buena noticia que existan políticos así. Quiero decir, hubiera sido mucho peor si hubieran optado, por ejemplo, por dedicarse a la sanidad. Si Rufián atendiera un servicio de urgencias y tú llegaras aquejado de un infarto pero en la exploración se descubriese que tenías también el colon irritable, Rufián insistiría en tratarte primero de lo segundo. “Vamos a proceder a una limpieza de urgente de colon y luego ya miramos lo del infarto”, te diría. Y cuando tú, amablemente, repusieras que lo del colon es molesto pero lo que realmente te estaba matando es lo del infarto, él, te contestaría con esa simpleza lapidaria de la que hace gala: “¿De qué sirve tener un corazón sano si las cloacas no están limpias?”.

A lo que solo podrías responder: “Chapó, Rufián. Ponlo en Twitter y, de paso, cuenta que he palmado”. Por cierto, además del espionaje, Rufián debería denunciar también la suplantación de personalidad. Hace unos días, alguien en el Congreso, se hizo pasar por él y dijo esto: "¿Saben qué le interesa a la gente? que la luz ha subido un 80% el último año, que el butano ha subido un 33% y la gasolina un 30%. Señorías de izquierdas, tenemos que dejar de militar exclusivamente en la moral y tenemos que empezar a militar en la utilidad".

Malditos imitadores del CNI.