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El hundimiento de Berlín cumple una década

En la capital germana el Ademar escribió de una de las páginas más tristes de su historia quedándose a las puertas de la F4 de la Liga de Campeones

Carou y Di Panda tratan de frenar al lanzador del equipo alemán

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León

Un 29 de abril de 2012 el deporte leonés se aprestaba a celebrar un hito sin precedentes. El Ademar viajaba a Berlín para cumplir un trámite y certificar su clasificación para las semifinales de la Copa de Europa de balonmano que se celebraría en formato de fase final y en una sede única, Colonia. A 500 kilómetros, el equipo leonés trataba de defender su espectacular renta (34-23) del choque de ida con el apoyo de decenas de seguidores que, junto a la plantilla y autoridades, viajaron en vuelo chárter. La ocasión lo merecía. En León, la afición se congregó en el Pabellón "Margarita Ramos" para seguir el partido a través de una pantalla gigante. El resto es historia.

Berlín fue un verdadero muro para un Ademar que se derritió ante el arranque del Füchse de un insuperable Heinevetter en la portería y en el que el español Iker Romero, junto a Petterson, ejerció de verdugo. También los colegiados eslovenos Krstic y Ljubicic, de infausto recuerdo. La caldera del Max-Schmelling Halle hizo el resto. El 13-6 al descanso era una premonición. La tragedia se confirmó cuando a Dalibor Cutura cometió pasos en el ataque donde el Ademar se jugaba la eliminatoria resuelta a favor de los teutones por el valor doble de los goles fuera de casa (29-18), hecho que a partir de la próxima temporada dejará de tener efecto. "Fue uno de los días más duros de mi carrera deportiva", recuerda el internacional Antonio García.

El Ademar recuerda su noche más negra en Europa

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Y así se escapó el tren de una Final 4 que debía reportar grandes beneficios a un Ademar sumido en una grave crisis económica que aspiraba a reflotar aprovechando un éxito deportivo mayúsculo. La derrota en Berlín agrandó la fractura entre Carlos Pollán, actual presidente de las Cortes de Castilla y León, y una plantilla (Álamo, Losert, Carou, Ruesga, Antonio García, Ferrer, Stranovsky, Baena, Krivochlikov, Jaime González...) a la que se adeudaban cantidades de la anterior temporada. Tras quedarse a un segundo de conquistar en León la Copa Asobal (27-28 frente al Barcelona) y poder convertirse en uno de los cuatro grandes de Europa, el curso acabó con el técnico Isidoro Martínez renunciando al segundo año de contrato por una visible fractura con la afición y con los jugadores convocando huelga, finalmente no llevada a cabo, en la antesala de la última jornada de liga contra el Atlético de Madrid.

Meses después se apartaría de la presidencia Pollán reconociendo una deuda de 900.000 euros y dejando paso a un Concurso de Acreedores como tabla de salvación del Ademar, al que regresó Manolo Cadenas, aunque de manera fugaz debido a la insostenible situación que, ya con Cayetano Franco al frente, dejó paso a la nueva realidad de la entidad. En Berlín se detuvo el tiempo, pero una década después el Ademar atisba el final del túnel.

 
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