AVE, 30 años de la llegada a Córdoba del tren que cambió nuestra forma de viajar
En Hoy por Hoy Córdoba charlamos con viajeros, trabajadores y directivos de Renfe sobre lo que ha supuesto para Córdoba estas tres décadas de alta velocidad
Especial 30 aniversario del AVE. Hoy por Hoy Córdoba
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Córdoba
Se cumplen 30 años de la llegada a Córdoba del primer AVE. Fue el 21 de abril de 1992. Aquel día, autoridades y curiosos se daban cita en la vieja estación de ferrocarril para dar la bienvenida a un tren con destino a la Sevilla de la Expo que cambiaría nuestra forma de viajar, y que impulsaría la mayor transformación urbana de Córdoba en el siglo XX.
En Hoy por Hoy Córdoba hemos recordado la historia de la alta velocidad en nuestra ciudad, visitado la estación, montado en un AVE, charlado con sus usuarios, (habituales y esporádicos), y con sus trabajadores, para comprobar hasta que punto la alta velocidad ha cambiado nuestras vidas.
Año 1992 / Rafael Mellado Archivo Municipal de Córdoba
"Sabíamos que un tren del siglo XXI requería de una estación en consonancia, y la vieja estación de Córdoba no lo era", explica el que fuera alcalde de la ciudad en 1992. Herminio Trigo reconoce que se sintió más emocionado cuando en 1994 llegó el primer AVE a la nueva estación, ya que suponía que "lo que habíamos soñado era una realidad".
En 1992, la oferta del AVE en la estación de Córdoba se limitaba a 10 trenes diarios. Ahora, 30 años después ese número se ha multiplicado por siete, en lo que Francisco Arteaga, responsable institucional de Renfe en Andalucía califica de "explosión de oferta, que no solo ha acortado los tiempos de trayecto sino que supone una nueva experiencia de viaje". Con tres estaciones de alta velocidad (Córdoba, Puente Genil y Villanueva de Córdoba), Córdoba se ha convertido en la tercera provincia con más oferta AVE de España, solo por detrás de Madrid y Sevilla.
Año 1992 / Rafael Mellado. Archivo Municipal de Córdoba
Montar en un tren de alta velocidad en Córdoba es encontrarse con usuarios habituales que lo utilizan a diario para ir a trabajar a Sevilla o Málaga; con estudiantes que regresan a su pueblo, o con empresarios que se dirigen a Madrid para mantener una reunión de trabajo y que esperan estar de nuevo en casa a la hora de cenar. Tampoco faltan los turistas, ni los comensales de restaurantes con estrella Michelín que lo utilizan como quien va en taxi a comer. Y es que cada billete esconde una historia detrás.
