Enhorabuena, Putin nos corta el gas

Barcelona

Algunos se entristecen. Putin empieza coartarnos el gas, ¡ay, pobres de nosotros! Aunque solo haya ensayado, y ensañado, con Polonia y Bulgaria, es un acto de hostigamiento a Europa. Y amenaza la unidad de los europeos, un bien siempre delicado de conservar. A ver si volvemos a tropezar otra vez en las trampas de siempre, y cada uno se sale por su lado.

Pero podemos verlo de otra manera. Podemos dar las gracias a Putin por su desafío. Porque: 1) Denota que le duele el bloqueo económico y las sanciones; 2) Le perjudica la prohibición de las democracias de pagar su gas en rublos; 3) Porque entiende que esto le acerca a la suspensión de pagos, el temido “default”, de lo que ya le ha advertido públicamente la sagaz gobernadora del Banco central de su país; 4) Porque es él quien incumple sus contratos públicos, bueno, los de su terminal, Gazprom, y no los demás; 5) Porque la maniobra del corte de suministro no arredra a Polonia, que ya se ha buscado la vida con gas noruego y previsoramente llenó sus almacenes; 6) Porque tampoco machaca a la pequeña Bulgaria, que reacciona proclamando “no nos rendiremos” y 7) Porque solivianta a las instituciones europeas, de manera que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen proclama con razón que se trata de un “chantaje inaceptable”.

Putin facilita, en suma, la reacción de ruptura energética que algunos no acaban de atreverse a poner en práctica desde Europa. Felicidades al autócrata. Seguramente se ha disparado dos misiles contra sus propios pies. Pensando que iban contra Varsovia y contra Sofía. A ver cuál de las dos explicaciones es la buena.

Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch