247 euros divinos
"Al final, la genialidad no fue meter pa la saca un millón, sino conseguir que al poco en su cuenta bancaria solo quedasen 247. Esta cifra constituye el eco de una heroicidad, lo único por lo que recordaremos a Medina"
Galicia
247 euros no son moco de pavo, ya lo creo. Pueden parecer poco dinero, pero a cambio de ser una miseria, representan ya un símbolo. Cuando Luis Medina retiró el millón de euros que obtuvo en comisiones, y dejó en su cuenta solo esa cantidad, 247 euros, quizá no sabía lo que hacía. Típico de la aristocracia: cae en la inteligencia sin querer. Al final, la genialidad no fue meter pa la saca un millón, sino conseguir que al poco en su cuenta bancaria solo quedasen 247. Esta cifra constituye el eco de una heroicidad, lo único por lo que recordaremos a Medina. Ese puñado de euros es todo lo que resistió a la voracidad. Su historia recuerda a la del gigantesco marlín que pesca Santiago en El viejo y el mar, de Ernest Hemingway. La lucha entre el hombre y el pez vela dura tres días, al cabo de los cuales el marlín se rinde, y Santiago le clava el arpón y lo ata a su bote. La travesía de vuelta se prolonga varias jornadas. Por desgracia, la sangre atrae a los tiburones, que van devorando poco a poco la carne del pez vela. Cuando Santiago llega a puerto, de su gran trofeo solo quedan la espina dorsal, la cola y la cabeza. Es decir, los 247 euros indestructibles, casi divinos.