Las dos caras del Cristianismo

MADRID

Viernes Santo. El catolicismo recuerda la muerte de Jesucristo en un sacrificio que quería simbolizar su amor al género humano en su totalidad, sin excluir siquiera a los conductores de motos acuáticas.

Pese a haberse expresado durante su corta vida con rotunda claridad, la interpretación que unos y otros han hecho de su doctrina permite que puedan llamarse cristianos sensibilidades tan distintas como los Legionarios de Cristo o los teólogos de la liberación. Es como si Gandhi hubiera legado su nombre tanto a una ONG pacifista como a un grupo de hooligans.

Por eso es importante el registro de marcas. Si, en lugar de ser hijo de dios, Jesucristo hubiera sido hijo del presidente de Coca-Cola habría quedado muy claro quiénes podrían usar la suya.

No se comprende, por ejemplo, que provengan de la misma fuente espiritual las exhortaciones a la solidaridad y acogida de quienes huyen de la miseria que hace el papa Francisco y el rechazo que promueven otros invocando, precisamente, las raíces cristianas de Europa.

En mi humilde condición de teólogo nivel usuario que me otorga el haber estudiado ocho años en los Salesianos, en verdad os digo que una de esas dos actitudes no puede corresponderse con el auténtico cristianismo, como no puede ser verdadero un Louis Vuitton de 30 euros. Sé que esto no está a la altura de la parábola del hijo pródigo, pero es importante que lo pille Macarena Olona.

Únete al canal de WhatsApp de la SER