Marear con la movilidad
El comentario de Carlos Prieto en 'La Ventana de Asturias' (12/04/2022)
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Asturias
Movilidad. Este es el nuevo 'palabro' preferido por nuestros políticos y que sacan a relucir a todas horas para justificar nuestro cabreo cuando queremos desplazarnos por nuestras ciudades y para explicar las cascadas de cambios que planean también para la región. Acogiéndose a ella resuelven todas las preguntas, dudas y reproches que se nos ocurran cuando vemos que cambian calles, clausuran aparcamientos, reordenan direcciones y deciden cómo debemos movernos, y a qué horas y, dentro de poco, seguro, hasta con quién. Es la nueva movilidad, que sirve, como su gemela la nueva normalidad, para todo, también para inculcarnos como doctrina que con ella se resolverán todos los problemas urbanos, y más cuando cambiemos el coche por uno eléctrico -qué genios-, y cuando las nuevas energías, más limpias y eficientes, no se sabe si más caras, transformen todo y nos hagan vivir en un mundo feliz. Todo se resuelve con la nueva movilidad
Y el palabro tiene carácter nacional. No solo es propiedad astur. Ahora, nuestro ocurrente Gobierno central, que cambia de discurso según el viento, apela a que uno de los retos es avanzar hacia un modelo más sostenible de las comunicaciones. De los planes iniciales, ha aplazado el pago por el uso de las autovías. Sin embargo, en lo referente al ferrocarril, la intención es detectar las líneas más deficitarias para sustituirlas por autobuses u otros transportes. Es decir, dejarnos sin tren. La regulación de la movilidad se convierte en una disculpa para rehacer las cuentas del Estado.
Y a Asturias nos hará polvo, sobre todo a las alas. Pero seguirán llenándose la boca haciendo planes contra el despoblamiento y defendiendo a la población rural. Las palabras se las lleva el viento y la pela es la pela. Se pueden negociar el recorte de frecuencias, pero dejar a la gente sin tren, para que dentro de unos años tampoco tenga autobús, no es presentable.
Dejar morir el tren es dejar morir un poco más a las alas de la región. Está muy bien la movilidad sostenible, la nueva movilidad. Pero oiga, por favor, hagan algo por mantener la vida en los núcleos rurales. Salgan de Madrid, vengan a conocer el norte de verdad, más allá de la fabada, los cachopos y la sidra. Ah y del metrotren de Gijón y de la variante de Pajares ya hablaremos. Porque son trenes ¿verdad?