La democracia necesita vivir con orgullo su primavera
La llegada de las vacaciones de Semana Santa coincide con un momento difícil de la democracia, con partidos proclives al racismo en auge
La penitencia de la extrema derecha
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Madrid
Buenos días Sastre, esta mañana el rumor de la vida nos mezcla las cosas. Por una parte, las vacaciones de Semana Santa son una invitación a la alegría y las campanas tocan a normalidad. El turismo es en España un buen redoble de vida. Yo a Madrid, al Museo del Prado. Yo a Granada, a ver la Alhambra. Pues yo a Barcelona, que tengo ganas de pasear por los alrededores del Nou Camp.
Por otra parte, el Martes Santo nos llega con la penitencia española y europea de la extrema derecha. No deja de ser una cruz en el calvario de la política democrática que se normalicen partidos proclives al racismo, que se muestran reticentes a la hora de denunciar la violencia machista y que confunden la Patria con una identidad cerrada de élites totalitarias.
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La democracia necesita vivir con orgullo su primavera. Por eso yo no soy partidario de que imite la respuesta victimista de algunos políticos puestos de moda en Madrid por los escándalos de corrupción. Después de dinamitar los servicios públicos, después de favorecer a hermanos, primos y amigos con comisiones suculentas por servicios mal prestados, se defienden diciendo que son víctimas de una campaña de acoso y derribo.
Mal haría la democracia si copia ese victimismo frente a la extrema derecha y no sigue trabajando contra la corrupción y contra las brechas económicas que empobrecen a las mayorías con una riqueza muy mal repartida.
Vayámonos de vacaciones. Yo a la Bahía de Cádiz, yo al Cantábrico, yo a los Picos de Europa. Pero tomemos fuerza para que sea posible, frente a los bulos y los supremacistas, un buen domingo de resurrección.
Luis García Montero
Luis García Montero (Granada, 1958), poeta, narrador, ensayista y catedrático de Literatura Española...