Manual de cómo no salvar una vida

Logroño

¿Sería capaz de salvar la vida a una persona que está en parada cardiorespiratoria? La respuesta correcta no es afirmativa o negativa. No es tan sencillo como un sí o un no. Porque depende de muchos factores para que una persona en parada cardiorespitaria salga de esta situación tan comprometida. Ni el mejor sanitario puede asegurar al 100% que superaría el trance de reanimar con éxito a una persona en parada cardiaca. Entonces, ¿estaría capacitado para intentar reanimar a una persona afectada por esta dolencia? Aquí las opciones se reducen. Para esta pregunta las respuestas quedan acotadas al sí o al no. "Si no estamos formados, seguro que no podremos ayudar a esta persona. Si hemos recibido formación en primeros auxilios al menos podremos intentar salvar la vida a esta persona". Responde Vicente Elías, doctor riojano con amplia experiencia profesional dentro del mundo del deporte de La Rioja. "Si sabemos hacer una reanimación cardiopulmonar (RCP) podremos intentarlo. Pero lo que tengo claro es que si no sabemos nada de primeros auxilios va a ser imposible que al menos intentemos salvar la vida a una persona".

Cuando una persona sufre un accidente cardiaco es clave poder actuar en los cinco primeros minutos para poder salvarle la vida. Por tanto, hay que estar preparado, hay que saber cómo reaccionar. "Por eso la formación en primeros axilios es tan importante", indica el doctor Elías. ¿Y cuánto tiempo hay que invertir para saber hacer una RCP y estar preparados por si se produce el accidente cardiaco? La respuesta la tiene Jonny Vigaray, de Cruz Roja: "Ocho horas. En una mañana sabremos cómo hacer una RCP y aprenderemos a usar un desfibrilador".

Y sin embargo, cuando acontecen los accidentes cardiacos no hay gente preparada para ayudar a solventarlo. El azar, entonces, es la frontera entre la vida y la muerte. Rodrigo, futbolista del Mareo, logró superar este accidente porque, por azar, Laura García, fisioterapueta de la UD Logroñés, estaba en ese momento en el Mundial'82, "de lo contrario, no me lo quiero imaginar, pero a buen seguro no lo hubiera superado", apunta con pavor Jonny Vigaray. O el accidente que aconteció en el campo de fútbol de Baños de Río Tobía. Se jugaba un Bañuelos contra el Pradejón, y la suerte quiso de Roberto Jiménez, fisioterapueta, decidiera pasar el día por Baños y ver el partido de su equipo, el Pradejón. Se produjo un desvanecimiento y Roberto Jiménez tuvo que intervenir para solventar este accidente.

Dos casos, "para nada aislados", explica el doctor Vicente Elías. "Estos son casos que conocemos porque suceden en recintos deportivos, pero hay otros muchos más que suceden en nuestras calles y de los que no nos enteramos", reconoce. En los dos anteriores accidentes, dos profesionales sanitarios evitaron malos mayores, dos casos en los que hubo otro punto en común: el desfibrilador. En el Mundial'82 no funcionaba, en Baños ni tan siquiera había desfibrilador.

Desfibriladores

Según el estudio de 'Almas Industries', Madrid lidera el ranking de comunidades con más de 7.800 desfibriladores instalados, es decir, 12 por cada 10 mil habitantes. Y después se encuentran Comunidades de nuestro entorno como Navarra con 11 desfibriladores por cada 10 mil habitantes y País Vasco con 8 por cada 10 mil. Para encontrar La Rioja hay que bajar más en este listado, porque tenemos 153 desfibriladores, es decir, 5 por cada 10 mil. Y en la cola está Castilla La Mancha con 1 por cada 10  mil habitantes.

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Pero hablando de cardioprotección, no solo es importante valorar el número de desfibriladores que tiene una Comunidad, sino la capacidad que existe de formación de la ciudadanía para saber actuar en una situación de parada cardiaca en un lugar público o privado en el que no haya profesionales sanitarios. Los expertos aseguran que es necesario que las administraciones públicas, especialmente los ayuntamientos, se comprometan con este objetivo de cardioprotección, porque el uso del desfibrilador ante una parada cardiaca aumenta hasta un 90% las posibilidades de supervivencia sin secuelas graves. En Logroño, de hecho, no existen desfibriladores en la vía pública, más allá del que hay instalado en el Ayuntamiento de Logroño y los 4 que utilizan bomberos y protección civil.

El mayor esfuerzo preventivo en cardioprotección se realiza en las instalaciones deportivas. En concreto, en Logroño hay en Las Gaunas, Pradoviejo, los polideportivos de Las Norias, Las Gaunas, Lobete y La Ribera. Además de los campos de fútbol de La Estrella, Varea y el Salvador. Sin olvidar las instalaciones que gestiona el Gobierno de La Rioja en la capital (Adarraga, Palacio de los Deportes y Padro Salobre), y el que gestiona la Federación Riojana de Fútbol, el Mundial'82, que suma otro desfibrilador. El precio de un desfibrilador oscila de los 600 a los 3.000 euros y es competencia de los Ayuntamientos su instalación en las principales instalaciones.

"Es sencillo manejar un desfibrilado. Te dicen exactamente lo que tienes que hacer, paso a paso", explica Jonny Vigaray, de la Cruz Roja. Aunque, como en todo, la formación incrementa las posibilidades de tener éxito a la hora de salvar una vida. "Pero falta, primero, concienciación", explica el doctor Elías, harto de ver cómo cursos de formación en primeros auxilios deben suspender porque nadie acude a ellos. "En la Cruz Roja también tenemos curso, pero no acude la gente", explica Vigaray. Elías apunta la razón principal: "El miedo. La gente tiene miedo de verse en esa situación. Pero el mayor miedo debería ser tener que enfrentarse a esa situación y no estar preparado para al menos intentarlo".

Por eso, estos dos sanitarios piden a las autoridades la necesidad de hacer obligatorio la formación en primeros auxilios. "Deberíamos salir todos del colegio sabiendo hacer una RCP", remarca Elías, que solicita mayor intervención normativa por parte de las autoridades. "Existe en La Rioja un Decreto, en concreto para el Deporte, que obliga a que en el cursos de entrenadores una parte de la formación esté dirigida a los primeros auxilios, pero con esto de la pandemia, se ha parado y no está aplicando", apunta el doctor Vicente Elías a modo de conclusión para este manual de cómo no salvar una vida cuando acontece un accidente cardiaco.