El Ayuntamiento de Aranda prohíbe morirse por la falta de operarios en el cementerio

Aranda DEL Duero

Advertencia: Este artículo -que estrena una nueva sección irónica en la SER- tiene una carga importante de sarcasmo y/o humor. Solo busca ironizar sobre nuestra actualidad, que para sufrirla ya tenemos bastante. Cualquier parecido con la realidad, es que vamos de culo.

Aranda del Duero se ubica en plena meseta castellanomanchega para algunos periodistas. Cuna del frío y el desastre administrativo. Pronto será la meca de las tortugas, por aquello de la lentitud. Hay hormigas que tardan menos en recorrer la península que lo que tarda el ayuntamiento en aprobar una licencia. Pero ahora también es la ciudad del decreto. Después de que el consistorio de la villa recordara que puede obligar a trabajar a varios operarios municipales -como los del cementerio- a través de un decreto por la falta de personal, el ilustre ahora va un paso más allá, y prohibirá morirse a cualquier vecino porque no tendría quién le enterrara. La medida durará lo que duren las obras de la Avenida Castilla, de momento.

En plena escalada del precio de la gasolina, también escasea el agua. Para un acueducto que teníamos, va y se nos derrumba. A ver si aprendemos de los romanos. Lo que sí tenemos es vino. Y una Ciudad Europea que ya han realizado un total de cero (0) eventos. Vamos, que hay menos actividad en Aranda que en el Parque de Bomberos. Y fuera de bromas, el fin de semana pasado solo hubo uno atendiendo a 50.000 vecinos. Están hartos, y los políticos mientras tanto, están que arden... A ver quién apaga ese fuego.

Quizá el culpable de todo sea Pedro Sánchez. Igual es que es gafe, como dice el señor del audio. Así que si queréis echaros unas risas, o ver la actualidad desde otro punto de vista, ahí arriba lo tenéis.