Zelenski merece el Nobel de la paz

Barcelona

Hoy aquí, en España, ante el Congreso a través de la pantalla. Y ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Volodímir Zelenski no se arredra, empatiza, proclama, pide, exige. Más aún ahora, con las crueles imágenes de los asesinados de Bucha como angustioso fondo terrible. Un antes y un después. Todo ahora será diferente, a peor, y a mejor. Ojalá que a mejor, porque a peor es muy difícil de vislumbrar.

El antiguo cómico se ha convertido en altavoz de la esperanza. Reclama solidaridad ante todos los Parlamentos, el norteamericano, el canadiense, el británico, el francés, el italiano, el israelí, el belga. Ante Naciones Unidas apela a la irrelevancia que siguió a su pasividad tras la invasión de Crimea. Ante la Asamblea francesa, la memoria de la resistencia. A cada uno, le tañe su fibra sensible. La fibra común del fuste torcido de la humanidad. Para enderezarlo.

Zelenski nos reverbera las grandes proclamas radiofónicas de Thomas Mann, llamando a la rebelión de sus conciudadanos alemanes durante el nazismo. Solo frente a un micrófono. La eficacia tozuda de Churchill, con sus bellas palabras, que él mismo ha repetido y hecho suyas. La dignidad solemne del general De Gaulle jurando por la tierra prometida. Este hombre, su causa y su gente merece el Premio Nobel de la paz.

Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch