Sociedad
Medioambiente

El río Jarama aporta agua contaminada al río Tajo

Los contaminantes que lleva el Jarama incluyen fósforo y nitrógeno en concentraciones superiores a las naturales

En este punto se une el río Jarama y Tajo / Cátedra del Tajo UCLM-Soliss

Toledo

Un estudio de la Cátedra del Tajo de la Universidad de Castilla-La Mancha y Soliss pone de manifiesto la contaminación que el río Jarama provoca en el Tajo. Aguas arriba, en la Comunidad de Madrid, este afluente del Tajo arrastra una enorme cantidad de aguas residuales urbanas e industriales.

El motivo es la alta concentración de contaminantes. Según la Confederación Hidrográfica del Tajo, el volumen de vertidos de aguas residuales urbanas e industriales en el río Manzanares y en el propio Jarama supera a los caudales circulantes. Desde la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss se ha calculado el volumen de vertido autorizado en la Comunidad de Madrid en la cuenca del río Jarama. En este estudio se puede observar que casi la totalidad del agua del Jarama que desemboca en el río Tajo en Aranjuez tiene su origen en vertidos de aguas residuales urbanas o industriales.

El estudio indica que estas aguas residuales están insuficientemente depuradas. Estas aguas transportan elementos contaminantes como fósforo y nitrógeno, en concentraciones muy superiores a las naturales. Es más, la de nitratos es cinco veces superior a la del Tajo, la de fosfatos siete veces superior y de amonio por encima de 100 veces más. A pesar de que el Canal de Isabel II dice depurar estas aguas para devolverlas en condiciones óptimas, las aguas receptoras se encuentran en mal estado.

Un problema grave es que estas aguas, además de nitrógeno y fósforo en concentraciones superiores a las naturales, contienen metales pesados en algunos puntos con concentraciones superiores a los marcados en las normas de calidad ambiental. En otros casos, podemos ver contaminantes sobre los que no hay suficiente información sobre toxicidad o que carecen de regulación y que los sistemas actuales de depuración no son capaces de detectar y tratar.

En definitiva, el río Tajo recibe en su confluencia con el Jarama un aporte de aguas procedentes de aguas residuales más de tres veces superior a su caudal. Por otro lado, estas aguas van cargadas de otros contaminantes que pueden tener efectos tóxicos sobre los seres vivos del río. Con estas condiciones, se hace imposible el cumplimiento de los objetivos ambientales de calidad obligados por la legislación.

Aunque el origen del color pardo oscuro intenso del eje del Tajo se encuentra en el río Jarama, el requerimiento que se hace a las depuradoras madrileñas para que el río Tajo pueda alcanzar el buen estado debe extenderse a todas las depuradoras de la cuenca.

 
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