Los abortos involuntarios, silenciados

Hay temas que, a pesar del paso de los años, siguen silenciados. La invisibilidad y que no se hable de ello no quiere decir que no ocurra. Los abortos espontáneos, aquellos que ocurren de forma natural, son más habituales de lo que se cree. Afecta a entre el 10% y el 20% de los embarazos, y puede tener consecuencias a nivel físico y psicológico para las embarazadas. Las mujeres que, en este caso, quieren tener hijos, se enfrentan a unos cambios hormonales que se producen en un breve periodo de tiempo. Izaskun y Asunta sufrieron abortos espontáneos hace años y a día de hoy siguen recordándolos. Tras lo que vivieron, se dieron cuenta de que, cuando iban al parque, de repente todo el mundo conocía a alguien que lo había sufrido. Ahí fueron conscientes de lo silenciado que estaba. Aunque para Asunta, el problema no es que sea un tema tabú, sino que sea “triste”. Confiesan que, cuando les comunicaron que habían perdido al hijo que esperaban, estaban solas en la habitación, sin sus parejas, y echaron en falta empatía y comprensión por parte de los médicos. A esa pérdida se le suma que, la noche que pasaron en el hospital, se encontraban en la planta de maternidad. Con lo cual, mientras escuchaban llantos de bebés, Asunta no paraba de preguntarse “por qué no tenía entre sus manos a su hijo”. En el caso de Izaskun, no lo comunicó en el trabajo por “el mismo que miedo que a veces tienen las mujeres de decir que están embarazadas”, y estuvo varios días sin ir a trabajar por un «supuesto virus». Además de ser físicamente doloroso, estas mujeres se enfrentan a una experiencia de duelo, que puede durar días, semanas e incluso años. Ellas lo llevan de manera interna. No quieren escuchar “frases hechas”, tan solo reclaman visibilidad, respeto y que se hable de ello.

Los abortos involuntarios, silenciados

Las mujeres que esperan un hijo y sufren un aborto de manera natural reclaman visibilidad y respeto a algo que no consideran "tabú" sino "triste"

Marina Tadeo

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