Eso es ritmo del siglo XVIII: no hay tiempo que perder

Madrid

Chris Rock reapareció el miércoles en una actuación que tenía programada en Boston, apenas cuatro días después de recibir el tremendo bofetón que le propinó Will Smith en la Gala de los Oscar. Me sorprendió. Yo, después de un bofetón así, hubiera aprovechado para cogerme un mes de baja. Seguro que es autónomo.

Pero me resultó aún más sorprendente que dijera que todavía estaba procesando lo ocurrido y que en algún momento hablaría sobre ello. Perdona, Chris, tío, no puedes hacer eso. Eso es ritmo del siglo XVIII. Tienes que hablar ya, cuanto antes. De hecho, ya llegas tarde porque todos hemos opinado del asunto. Y cuando digo opinar no hablo de calificar en un sentido u otro el incidente o catalogar el guantazo de uno a diez en la escala dolor de oído. Hablo de sacar conclusiones apabullantes cinco minutos después de la bofetada.

Y tú vienes ahora pidiendo tiempo. ¿Qué pretendes? ¿Mandarnos al paro a los opinadores? ¿Acabar con Facebook? ¿Cargarte Twitter? Además, ¿a qué te refieres con eso de “procesar”? ¿Estás proponiendo reflexionar antes de opinar sobre algo? Dan ganas de darte otra.