La tragedia por la que Mateu Lahoz decidió hacerse árbitro de fútbol

Mateu Lahoz es, probablemente, el árbitro de fútbol más carismático. El valenciano, conocido por su cercano trato a los jugadores y los árbitros, alcanzó la cima de su carrera la pasada temporada al pitar la final de la Champions League entre Chelsea y Manchester City.

El trencilla ha sido entrevistado este jueves en el programa Informe +, donde desveló que fue una tragedia familiar la que le empujó a arbitrar: la muerte de su padre. Con 14 años se vio obligado a ayudar en casa y decidió hacerlo sin despegarse del fútbol, su pasión.

El árbitro contó que su padre se enfadó con él poco antes de morir porque dejó el fútbol para echar una mano a su familia recogiendo aceitunas. Una bronca que le ayudó a tomar la decisión de tener el fútbol cerca siempre. "Mi pasión el fútbol y después entendí su postura. Me dijo que no había sido responsable, y yo no lo entendía. Me llevo ese aprendizaje, me lo ha dejado para siempre", relató.

Años más tarde, ya concentrado en el arbitraje, recibió una oferta para jugar en Tercera División, pero se decantó por el silbato: "Me llegó una oferta del Gimnástico para jugar en Tercera División, pero decidí colgar las botas, quedarme arbitrando en Regional y ese año ascendí. Me considero árbitro desde Preferente".

Su famoso guiño antes de los partidos

Minutos antes de que el balón echa a rodar, Mateu Lahoz, o Toño, como prefiere que le llamen, tiene por costumbre guiñar un ojo a la cámara. En Informe + explicó la razón: "Siempre le guiño el ojo a mi madre en el arranque de los partidos para que sepa que todo está bien. Alguna vez me han llamado la atención, pero para mí tiene mucho significado".Sobre las cámaras centradas en el colegiado, opinó: "Bienvenido sea que haya cámaras siguiendo a un árbitro, ojalá sirvan para difundir nuestra labor".

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Su retirada

"Empiezas a ver que el último partido está por llegar, no depende de ti. Puede haber dirigentes que ya no confíen en ti. Ojalá pueda estirar este chicle todavía más. Quiero mantener viva la llama del arbitraje. Sé que alguien puede llegar y apagarla, pero hasta entonces, ahí estaremos", dijo el valenciano, que cumplió 45 años el pasado 12 de marzo.