Cerebro joven
La firma de opinión del neurólogo, Tomás Segura
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Tomás Segura
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Firma de opinión | Cerebro joven
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El pasado jueves 17, y en el seno de los actos divulgativos organizados por la UCLM para conmemorar la semana del cerebro, tuve la oportunidad de dar una conferencia precisamente sobre eso, sobre el cerebro humano, y también sobre una de las patologías que más lo amenazan, la patología vascular, y lo hice en el gran salón de actos de la Facultad de Medicina de Albacete. La conferencia divulgativa estaba pensada para estudiantes de secundaria y para mí fue un placer inmenso ver la sala llena con casi 200 chavales que, al menos así me lo pareció a mí, se mantuvieron atentos durante los 59 minutos que duró mi intervención.
Durante ese tiempo traté de hacerles ver el órgano maravilloso que cada uno de nosotros porta en su cabeza, sin duda alguna el más sofisticado de la naturaleza, y en tanto no se demuestre lo contrario, el más evolucionado de la Creación. Porque aunque el cálculo de probabilidades habla a favor de que exista vida inteligente ahí fuera, de momento no hemos sido capaces de encontrarla y por ello nuestro pequeño órgano grasiento de poco más de 1 kg, replegado sobre sí mismo, arrugado, y por ello tan poco atractivo desde el punto vista macroscópico, sigue siendo lo más perfecto que la evolución ha sido capaz de producir hasta la fecha y no en vano -como les contaba a los chicos- contiene en su interior más de 80 mil millones de neuronas, un número muy superior al de estrellas en la mayoría de las galaxias que a simple vista podemos contemplar en una noche clara de verano. Un órgano tan maravilloso merece todos nuestros cuidados, y también de ello hablé un poco a los estudiantes el otro día, porque cuando uno es joven parece que el mundo nunca va a acabar y nuestra salud nunca va a faltar, pero como la vida desgraciadamente acaba por mostrarte, ninguna de las dos cosas está asegurada, y no hay mejor tratamiento para ningún problema que su prevención.
Fue una jornada maravillosa, desde luego para mí, y espero que también para ellos. Siempre digo que una de las más acertadas elecciones que he hecho en mi vida fue dedicarme a la Neurología, porque no hay nada más increíble bajo nuestro Sol que el cerebro humano, y dedicar tu tiempo de trabajo y estudio a comprenderlo mejor y a intentar aliviar sus males es sin duda un verdadero privilegio. Espero haber sido capaz de transmitir ese sentimiento a quienes todavía en la flor de la vida tienen tantas decisiones por tomar. Quizá, quién sabe, la otra mañana, escuchándonos desde la bancada de la Facultad de Medicina, se sentaba la persona, hombre o mujer, que dentro de unos años ayudará decisivamente a curar la enfermedad de Alzheimer o la esclerosis múltiple. ¿Por qué no?