El 60 % de los cordobeses admite tener un problema de Salud Mental en su núcleo familiar

Córdoba

El Colegio Profesional de Enfermería de Córdoba realizará, de forma mensual, un desayuno informativo para concienciar y difundir buenas prácticas en los usos del sistema público de Salud, así como para acercar la labor de la profesión enfermera a la sociedad. El encuentro que ha dado el pistoletazo de salida a este conjunto de eventos se ha concentrado en la Salud Mental, especialmente, en la prevención de la depresión y la ansiedad.

Una temática escogida después de una encuesta realizada entre la población por la propia organización colegiada en la que se recoge que un 37,8 % de la muestra (1.000 personas) se ha manifestado “muy preocupada” por la Salud Mental, así como un 31 % del total que explicó estar “bastante preocupado” respecto a la misma cuestión. De hecho, un 60,8 % de los encuestados ha reconocido que “durante el último año, ellos o uno de los miembros de su familia ha padecido un problema de este tipo”.

Además, el mismo informe especifica que el grado de conciencia sobre patologías como los trastornos del sueño, la ansiedad o la depresión son especialmente acuciantes en la población de entre 18 y 34 años. Y se aprecia, según los datos recopilados, un leve descenso en el nivel de preocupación en las personas mayores de 65 años.

Con este mismo motivo, el Colegio de Enfermería ha convocado a varios profesionales de la atención especializada, como Francisco González, que ha resaltado que “los enfermeros tratamos de ofrecer recursos y habilidades para que la personas dispongan de herramientas para afrontar los problemas y, especialmente, convertirlas en un agente activo en su recuperación”. Eso sí, ha detallado, tomando en consideración “cuatro pilares básicos” que pasan por la alimentación, el ejercicio físico y la eliminación de tóxicos, aumentar las relaciones personales y conseguir un descanso y sueño adecuados, ha explicado durante su intervención.

Un mensaje al que se ha sumado la enfermera María Luisa Rivera, que ha detallado que “para alcanzar el bienestar emocional, es fundamental identificar emociones y expresarlas, aprovechar los errores para aprender, fomentar el optimismo, planificar y ordenar rutinas, abrir nuestra red de apoyo social y, especialmente, pedir ayuda si lo necesitamos”. Pese a ello, ha expuesto Rivera, “debemos aceptar que el sufrimiento es algo inherente a la persona, la diferencia es cómo analizamos y procesamos los problemas”.

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Con cada vez más ejemplos de personas con cuadros de ansiedad o depresión se encuentra cada día Martín Toledano, que presta servicio en el centro de Salud del Sector Sur. Ha puesto de relieve la cantidad de recursos asistenciales disponibles en el sistema público cordobés que, aunque todavía no adecuados a la demanda, van creciendo. Por ejemplo, hay unidades de Salud Mental tanto en el Centro de Salud Carlos Castilla del Pino como en el del Sector Sur, el deMontilla, Montoro o Palma del Río. Además, ha recordado Toledano, “en el servicio de urgencias del Hospital Universitario Reina Sofía hay un psiquiatra disponible las 24 horas al día”.

Y es que cuando “una respuesta física natural como es la ansiedad que, en pequeñas dosis puede ser positiva, se cronifica, agrava o prolonga”, ha insistido el enfermero, “podemos enfrentarnos a una patología que nos paraliza y afecta a nuestro comportamiento”. Con eso se enfrenta cada día Alejandra Muñoz, psicóloga de la asociación ASAENEC, que desde sus orígenes se ha concentrado en trastornos mentales de carácter grave y que ahora, admite, está teniendo que adaptarse a una epidemia depresiva.

“Lo más sorprendente es que los pacientes que necesitan un abordaje integral de sus problemas de ansiedad son, cada vez más, adolescentes”, ha detallado la psicóloga. A esto, ha proseguido, “se añade que está habiendo sectores de la población extremadamente vulnerables ante estas patologías, como son las mujeres víctimas violencia de género o personas con menos recursos económicos”. A este respecto, Muñoz ha enfatizado que “los síntomas de la ansiedad, más allá de la crisis propiamente dicha, son también físicos”, entre los que ha destacado la posibilidad de sufrir mareos, ‘efecto túnel’ en la visión o pérdida de apetito y sueño.