Entre Kiev y Vietnam
Hay, sobre todo, una férrea determinación de ocupar el espacio ajeno. Y su contraria, la juncal oposición a ser ocupados. Vietnam
Barcelona
Putin aprieta. Trenza el cerco a Kiev. Multiplica el asedio a Mariupol. Machaca al Oeste, al tiempo que intenta aplastar al Este. Tras su fracaso en la mesa de negociación de Antalya, vuelve a su costumbre. Bombardear. Más que eso. Bombardear intensamente. Esta es una cara de la moneda en esta guerra. La cara sombría. La que busca aplastar al enemigo ucraniano inventado.
Pero hay otra cara, más luminosa. Es la sombra de Vietnam. Si Ucrania resiste, será a Rusia como la antigua Indochina fue a los EEUU. El antes y después de una etapa imperial. La derrota política en la casi victoria militar. Junto a enormes diferencias, en tiempo, en tecnología, en regímenes políticos, hay extraordinarias similitudes entre aquella guerra y esta:
Hay, como entonces, una brutal desproporción entre fuerzas militares. Un David y un Goliat. Hay una confrontación que se prometió relámpago y se empantanó. Hay ataques masivos a la población civil, no como rebote, sino como objetivo de asesinato directo. Hay técnicas de guerrilla, entonces rural y ahora urbana. Hay una devastación del terreno. Hay una inteligencia resistente considerable: entonces militar, ahora informática, civil, en las redes. Hay una oposición interna creciente en el país atacante, dispuesta a sufrir prisión. Hay una opinión pública mundial asqueada. Hay negociaciones de armisticio que se estancan y declinan y resurgen.
Hay, sobre todo, una férrea determinación de ocupar el espacio ajeno. Y su contraria, la juncal oposición a ser ocupados. Vietnam.
![Xavier Vidal-Folch](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/f7168c26-a49a-4d73-9ec3-792aee7f62bf.png)
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...