Anna Kostyuk: "Coordinar la ayuda de los cordobeses a Ucrania está siendo fácil, lo estamos haciendo muchas 'mujeres poderosas' y sois muy solidarios"

Córdoba

Anna Kostyuk es ya más cordobesa que ucraniana, aunque nació en el óblast de Volinia y estudió en Leópolis. "Hace veinte años años vine de vacaciones, me gustó España, me enamoré y me quedé", relata. Ahora es madre de un hijo y propietaria de un negocio de arte con globos. "No he inflado ninguno desde el 24 de febrero", admite. Esa madrugada, el ejército ruso comenzaba una invasión militar sobre territorio ucraniano que se prolonga hasta el día de hoy.

Según datos de la ONU, ya se habrían producido 406 bajas civiles, aunque se cree que los datos podrían ser mucho peores. Además, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha elevado la cifra de desplazados hasta los 2 millones de personas, el mayor éxodo de población en el continente europeo desde la II Guerra Mundial.

El país del Este europeo sigue mostrando una heroica resistencia al avance de las tropas rusas. Incluso la población civil se ha alistado para defender el territorio. Desde la distancia, la lucha ha sido otra: contra la impotencia, contra la incertidumbre sobre cómo estarán los familiares y amigos o contra el dolor de leer, escuchar y ver, a través de los medios de comunicación, cómo un conflicto armado destruye bases militares y también escuelas o edificios residenciales en su país natal.

Así que Kostyuk ha organizado una 'resistencia' de solidaridad desde Córdoba. "No soy yo", interrumpe, "hemos sido muchas mujeres que éramos amigas y cuando nos levantamos con la noticia de la invasión decidimos que teníamos que hacer algo". Con esa premisa, se aliaron para movilizar a través de las redes sociales a la comunidad ucraniana en Córdoba, que integran más de 400 personas según los datos de empadronamiento.

De repente, asegura, "muchas mujeres poderosas hemos conseguido coordinar y canalizar la solidaridad de los ucranianos que viven aquí, pero sobre todo de los cordobeses, que se han volcado desde el primer momento, nos han dado muchísimo cariño y además se han implicado". Tanto, que el pasado viernes partió hacia el consulado ucraniano en Málaga un tráiler con 15.000 kilos de víveres no perecederos, medicamentos y ropa de abrigo que será enviado hasta la frontera del país invadido con Polonia, principal vía de escape para los ucranianos. Este martes, saldrá otro camión con rumbo directo hacia Europa del Este.

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Anna admite un "tremendo cansancio físico y emocional, pero no podemos rendirnos porque nuestros amigos y familiares están allí, luchando". Además, dice, "organizar todo con la ayuda de las redes sociales está siendo más sencillo, porque podemos hablar directamente con la gente de Córdoba, que nos está dando sus corazones". La red de Ucranianos en Córdoba está configurando ahora una lista de personas que esté dispuesta a acoger a refugiados en sus casas o que tenga algún domicilio deshabitado y que pueda ceder temporalmente.