El Sporting, gafado y desvencijado, se mete de lleno en el lío
Otro gol en el tiempo añadido, este de un penalti muy discutible, castiga a un Sporting que había acumulado previamente suficientes deméritos para perder

Karriakaburu celebra uno de sus goles al Sporting. / LaLiga

Gijón
Ahora sí, el Sporting está en una situación verdaderamente crítica. Después de meses dejando a los aficionados por tontos, vendiendo motos sin ruedas y sin gasolina, toca asumir la realidad: la permanencia del Sporting en el fútbol profesional está en riesgo. Y como torres más altas han caído, toca olvidarse de grandonismos y de castillos en el aire. Un equipo que es décimo séptimo en la jornada 30, que ha ganado tres de los últimos 19 encuentros, que pierde tres consecutivos en el último minuto y que tiene el fútbol y la moral por los suelos es un equipo en serio riesgo de descenso. Y si además de desvencijado está gafado, miel sobre hojuelas. En el Reale Arena no le ayudó ni este delirio en el que se ha convertido el arbitraje, perdiendo por un penalti absolutamente incomprensible, por mano de Eric Ramírez. Pero esta es la realidad que toca asumir: el Sporting está a seis puntos del descenso y ve por el retrovisor a un equipo sin presión, en buena dinámica y que le tiene ganado el golaverage. Triste, pero realista.
Futbolísticamente, más allá de la acción final, el equipo gijonés hizo un encuentro paupérrimo ante el filial realista. Especialmente la primera parte, realmente esperpéntica y preocupante. Un partido que el Sporting debía afrontar como una final, porque la victoria le dejaba la permanencia prácticamente encarrilada, resultó una auténtica decepción. Un fútbol plano, absolutamente inofensivo, con una distancia abismal entre líneas, blando en defensa (especialmente en el costado izquierdo), sin fútbol asociativo y que no chutó a puerta ni una sola vez a puerta. La Real B, con las ideas más claras, se fue imponiendo en el partido. ¿Cuándo marcó? Cómo no, en la última acción previa al descanso. Karrikaburu aprovechaba la falta de contundencia de la defensa rojiblanca para adelantar a su equipo en un momento clave.
Mejoró algo el Sporting en la segunda parte (empeorar era difícil) gracias a un retoque táctico: 'El Puma' Rodríguez pasó a acompañar a Djuka en ataque y Nacho Méndez se desplazó a la banda. Así llegó el gol rojiblanco, en el minuto 61: Kravets (bastante más acertado en ataque que en defensa) metió un balón en profundidad al panameño que asistió a Djuka al segundo palo, para que este la empujara.
El gol espoleó al Sporting, que también mejoró con los cambios, como la entrada de Gaspar. Sin ser claras, el equipo gijonés sí tuvo algunas ocasiones: un disparo de Kravets desde la frontal, un centro de Ramírez al que casi llega El Puma u otro disparo del propio delantero venezolano, que acabaría siendo protagonista en la acción definitiva del partido. Un córner favorable a la Real B acabó con el balón golpeando en la mano del delantero. Ni el árbitro ni el VAR dudaron: penalti. Karrikaburu engañó a Mariño, la tiró al medio y le daba la puntilla a un Sporting que necesita ganar pronto porque, en este momento, apunta a carne de cañón. Desastroso.

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...