La banca gana, las personas pierden

Palencia

Hace unas semanas hablaba sobre lo que las nuevas tecnologías nos habían quitado. Y la balanza sigue sin ser tan clara en favor de las ventajas. A la deshumanización y pérdida de relaciones personales, añadíamos otros aspectos como la quiebra del comercio tradicional motivado por el comercio online y ahora estamos observando cómo miles de personas se están viendo afectadas por el repliegue de la banca con el cierre sucursales, cajeros y despidos de empleados como consecuencia de la digitalización.

No me cabe la menor duda que llegará el momento en el que el dinero desaparezca tarde o temprano. Igual aún hay que esperar 10 años, quién sabe, pero llegara ese momento en el que el dinero sea el propio dispositivo móvil. No hace muchos años los bancos y cajas corrían detrás nuestro buscando nuestros ahorros e hipotecas y ahora hay que echarles un lazo para ser atendidos.

Se están viendo muchas "perrerías" y el desencanto es general por lo que veo y escucho, y no es mi caso que tengo la suerte de tener mi banco a 10 metros y me tratan razonablemente bien. Pero se lo digo en serio, me da vergüenza ver las colas de la gente en las calles a la puerta de bancos tan importantes aquí en la calle Mayor, esos horarios específicos y leoninos para hacer según qué gestiones o esas bancadas al estilo estación de autobuses que han preparado algunos bancos para que los clientes esperen su turno, segmentados, sentaditos y sin prisas, algo que vi yo en Latinoamérica hace 20 años y ya me repelía. Hace unos meses fui a hacer una gestión al BBVA, cogí mi numero de "no cliente" y a pesar de que me tocaba, fueron llegando por detrás hasta 3 clientes que cogiendo también su número de turno fueron atendidos antes que yo. Me fui cabreado lógicamente.

Pero con mucho, lo que más me indigna es como están abandonando, incluso humillando a miles de personas, muchas de ellas mayores, a las que les cuesta en el mejor de los casos manejarse con aplicaciones o ni siquiera tienen acceso a internet. Sucursales que están cerrando en municipios o barrios bien poblados de la ciudad y en los que no dejan ni un triste cajero. Obviamente este repliegue obedece a razones de rentabilidad económica de la banca. Estos señores, me refiero a sus altos directivos, a los que toman estas decisiones a buen seguro les importa "un comino" la cruda realidad de una persona mayor que se queda en el pueblo sin un sitio en el que resolver sus gestiones o conseguir dinero en efectivo. Mis padres sin ir más lejos que viven en el barrio del Ave María tienen que ir ahora a un cajero de Pan y Guindas que por cierto tiene también su propia cola. Hablando de colas, no me extraña que prolifere un empleo como el de hacer colas para otros, en bancos y administraciones públicas.

Concretando, confío en que la banca mueva ficha como dicen y corrija al menos un poco la situación, pero sobre todo pienso que es el Gobierno quien debería exigir unos mínimos razonables y que tantas poblaciones, y no les hablo de aldeas de 50 habitantes, se estén quedando sin una sucursal o en su defecto un cajero. ¿No les parece incoherente hablar de la problemática de la España vaciada y permitir que esto ocurra ?

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Ya saben , la banca siempre gana.