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Cruzar media Europa, embarazada y con una niña pequeña, para huir de la guerra de Ucrania

El centro de refugiados de Las Caracolas aloja a una cuarentena de refugiados, afectados por el conflicto

Una refugiada ucraniana en Las Caracolas

Una refugiada ucraniana en Las Caracolas

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Madrid

Alina no podía ocultar su nerviosismo a las puertas de Las Caracolas. Iba y venía, se asomaba inquieta a través de la verja metálica que separa el interior del centro de refugiados de la calle. Ella lleva 10 años viviendo en España, pero allí estaba este viernes por un motivo diferente. Al otro lado, dentro del recinto, estaba lo más importante para ella: su hija, embarazada de cinco meses, y su nieta. Ambas acaban de llegar a Madrid directas desde Ucrania. Han sido afortunadas, han podido escapar a tiempo de la guerra. Ahora buscan ayuda, un refugio en el que guarecerse del horror que han dejado atrás.

La hija de Alina vivía con su familia en una ciudad ucraniana, al oeste del país, próxima a Polonia. No han tenido ni un minuto de tranquilidad desde que estallara el conflicto el pasado 24 de febrero. A su localidad todavía no han llegado los bombardeos rusos, pero las sirenas antiaéreas resuenan a diario. Ella, con su hija de dos años y embarazada, tenía que resguardarse con asiduidad de los posibles ataques en sótanos. No podía aguantar más. Por ella, su hija y su futuro bebé, necesitaba escapar. "La gente con niños busca lugares seguros", explica Alina. Con miedo e incertidumbre, puso rumbo al país vecino.

Uno de los módulos habitacionales de Las Caracolas.

Uno de los módulos habitacionales de Las Caracolas. / M.m.

Uno de los módulos habitacionales de Las Caracolas.

Uno de los módulos habitacionales de Las Caracolas. / M.m.

"Mi hija pasó la frontera porque abrieron un paseo peatonal. Ella vino así, como estaba vestida, con su cazadora. No pudo traerse una maleta", relata Alina. Al cruzar a territorio polaco encontró un poco del sosiego que había perdido en Ucrania: "Había una gente maravillosa, le ofrecieron comida caliente, ropa, le ayudaron todo lo que pudieron". Allí también conoció a un español, un hombre que, al enterarse de que ella quería venir hasta Madrid, se ofreció a traerla en su coche junto a otros ciudadanos en su misma situación.

Dos días y medio después de travesía, por fin, se reunió con su madre en la capital. Atrás dejaba su tierra en ruinas, sin saber cuándo podrá volver y también decía adiós su marido, que no ha podido escapar de la guerra y no sabe si tendrá que ir al campo de batalla. Alina es la que pone voz a la historia de su hija, que no habla español: "Ella ha llorado mucho, porque tenía que irse a un sitio desconocido, al menos me tiene a mí, es una ventaja grande".

El interior de un módulo en Las Caracolas.

El interior de un módulo en Las Caracolas. / M.M.

El interior de un módulo en Las Caracolas.

El interior de un módulo en Las Caracolas. / M.M.

Esta madre ucraniana lleva una década en Madrid, pero no puede hacerse cargo de su hija y nieta. "Tengo alquilada una habitación que es muy pequeña y no tengo suficiente trabajo para mantenerlas, yo con todo mi corazón hago lo que puedo", confiesa entristecida. A través de una de las redes de ayuda a refugiados que se han habilitado por toda la capital, Alina conoció la existencia del centro de Las Caracolas, ubicado en el distrito de Vallecas. Allí piden apoyo, asistencia médica y psicológica, buscan un lugar de paso: "Tengo miedo, mi hija está estresada, no sabe español y está embarazada".

Las trabajadoras del centro de Las Caracolas le han explicado que todo va a estar bien, que hay otros ciudadanos ucranianos, que ellas van a estar acompañadas, seguras. La hija y nieta de Alina se suman desde este viernes a los 38 refugiados que ya se alojan en este recinto, que viven en alguno de los 32 módulos prefabricados que hacen a la vez de hogar. Desde que comenzó la guerra, ya han asistido a 60 ucranianos y, a día de hoy, quedan unas sesenta plazas libres, un número que varía a diario. Lo peor, lamentan, está todavía por venir.

Minerva Marcos López

Minerva Marcos López

Periodista en Hora 14. Antes redactora en cadenaser.com, en Radio Madrid, el programa Hoy por Hoy y...

 
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