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¿Qué es el dolor y cómo aliviarlo?

SER Farmacia con Alicia García Cifuentes, farmacéutica adjunta de Farmacia Albacete 24 horas

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#SERFarmacia | Las diferentes formas de combatir el dolor

12:46

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Todas las personas sufren algún dolor a lo largo de su vida, independientemente de su edad, sexo, raza o condición social. Por ello, es uno de los motivos de consulta más frecuentes en la oficina de farmacia, y los fármacos que se utilizan para su tratamiento representan uno de los grupos más vendidos en la actualidad. Cuando el organismo sufre algún tipo de daño utiliza el dolor como señal de alarma para avisarnos de que algo está pasando.

Podemos encontrar infinidad de ejemplos en nuestra vida cotidiana que nos demuestran la importancia de sentir dolor, por ejemplo, sentimos dolor al pincharnos con una aguja, si nos quemamos, o nos duele una muela o el oído cuando tenemos una infección, o nos duele la barriga si nos ha sentado mal algo que hemos comido.

El dolor es una sensación desagradable que puede llegar a interferir en nuestras actividades diarias y, en casos graves, puede hasta afectar a la calidad de vida de la persona. Además, es muy importante tener en cuenta la influencia que tiene el factor emocional sobre la percepción del dolor. El dolor se podría decir que es una “experiencia personal” ya que, a través de sus experiencias de vida, las personas aprenden el concepto de dolor.

Con todo ello, nuestro objetivo principal es que nuestra intervención farmacéutica solucione en la medida de lo posible el problema de nuestro cliente. Por eso para este mes de febrero, como campaña sanitaria, hemos elegido EL DOLOR. Una campaña, que como mencionaba anteriormente, afecta a todo el mundo en mayor o menor medida. Tanto, que la OMS decretó el alivio del dolor como un derecho fundamental, siendo una falta grave de ética que cualquier personal de la salud niegue la posibilidad de alivio del mismo. Así que nosotros, como personal sanitario que somos, estamos comprometidos al 100% con la causa. (El 20% de las consultas se relacionan con un dolor leve o moderado)

Existen numerosos criterios de clasificación del dolor, pero los más relevantes son según su etiología o localización, según su duración y según su intensidad. Según su duración hay dos tipos:

  • Dolor agudo, de corta duración y generalmente bien localizado que suele asociarse a un daño tisular y termina con la desaparición del mismo. Su intensidad se relaciona con el estímulo que lo produce y se acompaña de reflejos protectores, como la retirada de la mano al sentir que nos estamos quemando.
  • Dolor crónico, persiste por un tiempo prolongado, aproximadamente más de 3 meses, después de que, incluso, la lesión haya desaparecido. Es considerado más que un síntoma, una enfermedad, y carece de función protectora. Además se suele asociar a factores psicológicos y a una disminución importante de la calidad de vida.

Según su intensidad podemos clasificarlo ayudándonos de escalas numéricas facilitadas al paciente:

  • Dolor leve (del 1 al 3): no impide realizar actividades habituales.
  • Dolor moderado (del 4 al 6): interfiere en actividades habituales y puede requerir tratamiento con opioides menores.
  • Dolor severo (del 7 al 10): interfiere con el descanso, puede necesitar opioides mayores.

Esta escala del dolor es una de las herramientas más útiles que podemos tener en el mostrador para una correcta intervención farmacéutica. Es una simple regla visual física en la que el usuario puede señalar de forma cómoda dónde se encuentra en la escala del dolor. Pero, el dolor tiene una parte de sensación y otra de emoción, por eso la escucha activa es fundamental para entender cuál es el origen del problema y proponer el abordaje más personalizado. Aquí es donde hay que prestar especial atención al dolor crónico ya que suele ir asociado a otros trastornos como la depresión o la alteración del descanso.

En cuanto a los tratamientos que disponemos pueden ser:

  • No farmacológicos, que tienen más que ver con los hábitos de vida saludables y medidas higiénicas como mantener reposo, aplicación de frío o calor y/o técnicas como la fisioterapia. En caso de recomendar la aplicación de frío o calor debemos tener claro en qué casos recomendar cada uno de ellos. El frío se utiliza por su efecto analgésico y vasoconstrictor, por lo que lo emplearemos en dolores musculares y/o articulares acompañados de inflamación, como por ejemplo un fuerte golpe, en cefaleas o para evitar hematomas. En cambio, recomendaremos calor cuando el dolor venga de articulaciones o estructuras más superficiales y cercanas a la piel, como pueden ser las manos. El calor tiene efecto analgésico y mejora la rigidez y los espasmos musculares, ayudando a relajar la musculatura contraída, por lo que lo recomendaremos, por ejemplo, para un dolor de espalda o una contractura muscular.
  • Farmacológicos, varían según su potencia terapéutica y la idoneidad de uso o no. Es importante saber identificarlos para ayudar y aconsejar en su uso correcto y conocer la posibilidad de combinarlos con medidas no farmacológicas que refuercen la acción analgésica.
  1. Analgésicos: o Antiinflamatorios no esteroides (AINES): el grupo de mayor consumo, son la primera línea del tto del dolor y tienen su indicación en el dolor leve a moderado. Se emplean en monoterapia o junto con otros analgésicos. Algunos ejemplos serían el ibuprofeno, el desketoprofeno o el diclofenaco. o Opioides: eficaces para un rango más amplio de tipos de dolor. Por un lado, los opioides menores se usan solos o asociados a AINES para dolores moderados (tramadol y codeína), y por otro, los opioides mayores se emplean para dolores severos como pueden ser los oncológicos (morfina). Su mayor inconveniente es que pueden desarrollar tolerancia, dependencia y adicción.
  2. Coadyuvantes: en este grupo se incluyen fármacos tan diversos como los antidepresivos, corticoides, benzodiacepinas…

Tienen un importante papel en el tto del dolor neuropático y en el abordaje de los efectos secundarios de los analgésicos, sobre todo opioides.

  • Fitoterapia: El uso de sustancias de origen vegetal en el tto del dolor va en aumento debido a su probada eficacia y a la baja incidencia de reacciones adversas. Entre ellas destacamos:
  1. El harpagofito: planta ampliamente utilizada por sus propiedades antiinflamatorias.
  2. El sauce: efectos antiinflamatorios por su contenido en derivados salicílicos
  3. El CBD (cannabidol): derivado de la planta del cannabis se usa por sus propiedades analgésicas, ya que es capaz de modular la percepción del dolor. Durante la Intervención Farmacéutica debemos esforzarnos por ganarnos la confianza del cliente para así recabar la máxima información posible para aconsejar el mejor tto o derivar a un especialista. La farmacia como establecimiento sanitario abierto a pie de calle, tiene un papel clave en la asistencia y cuidado del usuario con dolor.

Ejemplos: 1. Aplicación de calor + analgésicos 2. Aplicación de frío + analgésicos 3. AINE + vitaminas del grupo B Las vitaminas del grupo B participan en la síntesis de mielina, sustancia capaz de modular la transmisión nerviosa reduciendo la intensidad del dolor. Su combinación con los antiinflamatorios nos va a ayudar a acelerar la recuperación además de reducir dosis y duración del tto antiinflamatorio. Máximo 15 días de tratamiento con vitamina B.

 
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