Estas son las secuelas de sobreproteger a los hijos
La psicóloga valdepeñera, Raquel Rubio, ha reflexionado sobre las consecuencias que puede llegar a tener el sobreproteger a una persona
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Las secuelas de la sobreprotección
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Valdepeñas (Ciudad Real)
¿Es bueno sobreproteger a los hijos cuando son pequeños? La respuesta es clara y no da lugar a dudas: NO. Una sobreprotección que puede ocasionar aquello de "pan para hoy y hambre para mañana". Así de tajante se ha mostrado la psicóloga valdepeñera, Raquel Rubio, durante la sección 'Tu Momento' de 'Hoy por Hoy Valdepeñas'. Todo ello, porque esa sobreprotección, a la larga, no es nada bueno.
En esta línea, Rubio ha asegurado que la frustración es algo "bueno" y que las personas deben de aprender a gestionarlo desde la infancia. Una frustración que, además, deben de experimentar los más pequeños porque será una de las circunstancias a las que tengan que hacer frente a lo largo de su vida. De hecho, la profesional vinatera ha subrayado que es malo tanto esa sobreprotección como el proporcionar una independencia total a nuestros hijos.
Asimismo, en este sentido, la profesional en psicología ha subrayado que "el llanto de tu bebé es insoportable en ti pero no para el resto de padres". De este modo, reafirma que no hay que sobreproteger a los hijos como si viviesen en una burbuja aislada del mundo. Una circunstancia que, en un futuro, no le hará bien, puesto que le creará inseguridades cuando sea mayor.
De hecho, Rubio ha detallado que "cuando sobreprotejo mucho a mi hijo, estoy pensando o solucionando los problemas por él (...) él debe de saber gestionar los problemas". Eso sí, ha reseñado que "los padres siempre lo hacen lo mejor que pueden". También, esas inseguridades provocadas por la sobreprotección comienzan a aflorar a partir de la adolescencia. Una etapa de la vida en la que empieza a enfrentarse a situaciones vitales. Una circunstancia que apenas aparece en la infancia.
No obstante, ha matizado que el no existir sobreprotección no es sinónimo de que no existan límites, puesto que siempre tienen que existir normas y líneas rojas. Todo ello, para evitar situaciones como las del menor de 15 años que, presuntamente, mató a su padre, su madre y su hermana por haber sido castigado sin móvil y sin videojuegos ante las malas notas que cosechó en el instituto. Una circunstancia que, previsiblemente y tal como ha indicado Rubio, se debería a esa falta de límites. así como a una adicción grave con los videojuegos. Un tipo de adicción que, asegura, es grave y que apenas se le da importancia y provoca las mismas consecuencias que cualquier otra adicción como las drogas o el juego.
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Alejandro Martín Carrillo
Doble graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos. Coordinador...