El micromentario de Pepe Belmonte: 'Luján, un hombre de consenso'

Murcia

Si no sucede una catástrofe –y aun así–, José Luján será proclamado la semana próxima rector de la Universidad de Murcia para su segundo mandato de cuatro años.

El hombre se lo ha ganado a pulso y merecía seguir en el cargo después de haber demostrado, justamente, las cualidades que le faltaron a su antecesor, José Orihuela, de tan triste recuerdo para esta institución.

Luján ha sido un verdadero ejemplo a la hora de lograr el consenso y llevar a buen puerto la negociación, al margen de su reconocido carácter afable y tranquilo, siempre dispuesto a escuchar a los demás en una universidad que ya cuenta, entre personal no docente, profesorado y alumnos, con casi cuarenta mil almas a las que gobernar.

Luján ha conseguido, además, mantener a raya las más que posibles injerencias de los políticos, otorgándole a la Universidad autonomía y carácter de servicio público ante una sociedad cada día más exigente, que quiere saber a dónde se destinan sus impuestos.

Quizá su gran mérito, aunque no el único, haya sido su brillante gestión de la pandemia, dejándose aconsejar por los que saben. El anterior rector, cuyo mandato fue oscuro y tormentoso, como el reinado de Witiza, aunque fuera ya del cargo –menos mal– exigió cerrar a cal y canto la universidad en cuanto el virus comenzó a hacer sus efectos.

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Luján, al que no le ha dolido en prendas reconocer sus fallos y enmendarlos en la medida de lo posible, ha sabido rodearse de un equipo sólido, de gente con experiencia y a la que le transmitido su propia ilusión y su enorme capacidad de trabajo.

Un grupo de hombres y de mujeres que, como en los mejores tiempos de Induráin en las etapas de contrarreloj por equipos, tira a bloque en la misma dirección y con la misma cadencia.

Pepe Belmonte