Declaración de amor
La firma de María José Aguilar Idáñez, Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha
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Firma de opinión de María José Aguilar
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Firma de opinión | Declaración de amor
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Sabido es que numerosos días al año son aprovechados, con la excusa de alguna celebración, para exaltar el consumismo e incrementar las ventas de cosas absolutamente innecesarias. Uno de esos días es el que se "celebra" hoy, como Día de San Valentín.
Día dedicado -casi hasta la obscenidad- a exaltar un modelo de "amor romántico" que perpetúa todos los estereotipos de género. Por eso hoy deberíamos celebrar todos los amores, empezando por el amor que teje lazos de profunda amistad.
Por eso hoy, quiero compartir con todas las personas oyentes mi declaración de AMOR:
Amo, como la mayoría de vosotras, a todas las personas que me quieren y, especialmente, a todas las personas que están ahí siempre que las necesito, las que me apoyan incondicionalmente cuando otras me agreden o calumnian y que me escuchan y aman sin juzgarme.
Pero amo también a muchísimas personas que no me conocen, y a las que yo no conozco por su nombre o apellidos o que nunca he visto, pero en las que me reconozco. Y me reconozco en todas las personas que sufren la agresión y el despojo, la discriminación y el sufrimiento injusto, especialmente mujeres y niñas, que sufren el doble por el hecho de ser mujeres como yo. Amo a todas las personas a las que he tratado de ayudar, como profesional del trabajo social, como consultora y como profesora. No espero de todas ellas un sentimiento recíproco, pero ya sabemos que el AMOR no se ofrece para obtener reciprocidad, se ama gratuitamente, sin más.
Amo infinitamente a mi hijo y lucho por los hijos y las hijas de otras mujeres a quienes los poderosos del mundo han arrebatado la dignidad y hasta la propia vida. Y maldigo a quienes desprecian la vida de los otros y de las otras, a quienes sólo importa el dinero, el poder o la vanidad, a quienes mienten y difaman, a quienes roban lo que es de todos, a quienes destruyen y aniquilan la vida.
Amo a la Madre Tierra que nos da la vida y que es nuestra verdadera riqueza. Y maldigo a quienes, por querer ser ricos, destruyen esta-nuestra verdadera riqueza.
No es malo detenerse, con la excusa de la celebración de hoy, a pensar sobre el amor, a quiénes amamos, por qué lo hacemos y cómo pensamos acrecentar y no traicionar ese amor.