Ridículo de la patronal bancaria

Barcelona

600.000 firmas ha entregado el jubilado Carlos Sanjuán en protesta por el abandono de los bancos que sufren los viejos. Porque se les cierran las sucursales en los pueblitos. Porque no se les atiende cuando tienen dificultades en el manejo de la tecnología. Porque se sienten, con toda la razón, excluidos. Ante este éxito popular, la patronal bancaria ha vuelto a hacer el ridículo. Promete un plan coordinado, pero voluntario, de los bancos para resolver el problema, sin concretar las medidas y anunciado ya que no se aplicarán "de la noche a la mañana". Y sin un compromiso tangible. O sea: quizá, quizás, quizás. El presidente de esa patronal, José María Roldán, que llegó al cargo después de ser jefe de gabinete de un vicepresidente del Gobierno del PP, encima se ha mofado esta mañana de los cincuentones que protestan, "porque no quieren aprender la aplicación" de su entidad bancaria. Y se ha dedicado a echar más culpas contra otros sectores, también excluyentes. Lo que faltaba. Mientras desatendía y despreciaba a la tercera edad, la gran banca ha multiplicado sus beneficios en 2021 hasta superar los 19.000 millones de euros. Pero ese no es el problema. Es mejor dar beneficios que arrojar pérdidas. El problema es que el sector ha dedicado el grueso de esos beneficios a repartirlos como dividendos, en vez de destinarlos a reservas para aumentar su solvencia o para financiar nuevas inversiones. Y también es problemático que solo sepa mejorar su rentabilidad aumentando los despidos (18.957 en 2.021) y cerrando sucursales: 2.488 solo el año pasado y más de 20.000 desde 2008. Las que ya no atenderán ni a viejitos ni a cincuentones. Un consejo, Roldán, es mejor callar que ofender.

Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch