Casa Mediterráneo: mirar atrás y hacer balance
Uno de sus fines generales es promocionar Alicante como un lugar de encuentro de la región euromediterránea
La Columna de Carlos Arcaya: «Casa Mediterráneo: mirar atrás y hacer balance»
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Alicante
Si vamos a sus estatutos, Casa Mediterráneo es un instrumento de diplomacia pública que pretende fomentar el acercamiento entre España y el resto de países del Mediterráneo en áreas como la cultura, la economía, el cambio climático, la igualdad de género o la innovación tecnológica y científica. Además, entre sus fines generales, uno de ellos es el de promocionar Alicante como un lugar de encuentro de la región euromediterránea.
La casa fue fundada en 2009. Si miramos hacia atrás y hacemos balance nos podríamos preguntar si se han cumplido todos estos objetivos y Alicante tiene ese papel aglutinador y esa dimensión que se le pretendía dar. La respuesta no puede ser afirmativa. Ni en el contenido ni en el contenedor.
Y es que la reforma del recinto, la antigua estación ferroviaria, cargada de posibilidades, se ha quedado a medias. Mirar atrás y pelearnos para repartir culpas -ese juego que tanto nos gusta- tiene poco sentido. Por ello, es más interesante mirar hacia el futuro y hacer que todas las administraciones implicadas (empezando por el Ayuntamiento de Alicante) se comprometan a ayudar al nuevo director, Andrés Perelló, para alcanzar unos objetivos que nos benefician a todos.